miércoles, 30 de enero de 2013

La ciudad de las coronaciones: ¡REIMS!

A todo aquel que haya jugado al "Age of Empires" le sonará Reims... sí, en la campaña de Juana de Arco, un episodio importante es en el que se corona al rey Carlos VII en la catedral de Reims, ciudad ocupada por los borgoñones, en una Francia en buena medida conquistada por los ingleses y sus aliados de Borgoña. Y es que hoy visitamos una ciudad histórica, llamada la "ciudad de las coronaciones" o "la ciudad de los reyes", debido a que durante algo más de 1000 años, desde 816 hasta 1825, varias decenas de reyes de Francia han sido coronados en su catedral, una de las más impresionantes de Europa.

Fachada principal de la hermosa catedral de Reims
Reims (pronunciado en francés como algo parecido a "Rans", haciendo una "r" francesa, por supuesto), es la ciudad más poblada de la región de Champaña-Árdenas, ubicada al este de París. Con poco menos de 200.000 habitantes, sin embargo no es ni capital de su departamento ni de la región, privilegio que tiene la ciudad, mucho más pequeña, de Châlons-en-Champagne. Reims está ubicado a unos 130 kilómetros de París, en el cruce del eje que une la capital francesa con Lorena, Estrasburgo y el suroeste de Alemania, con el que une el mar del Norte y el Mediterráneo, de noroeste a sureste de Francia.

PATRIMONIO


Reims, como muchas otras ciudades del norte de Francia, es una ciudad elegante, pulcra y con unos edificios característicamente franceses. Dejada la estación de tren lo primero que nos encontramos es la "porte de Mars" (puerta de Marte, aunque también significa "marzo"), un vestigio romano que nos recuerda lo antiguo de esta ciudad. Construido en el s. III de nuestra era, se considera uno de los mayores arcos del mundo romano conservados en la actualidad. Muy cercano a él, un gran monumento recuerda a las víctimas caídas en la primera guerra mundial, debido a que Reims sufrió mucho durante aquella contienda, librándose alguna de las batallas más importantes de la misma en sus proximidades.

La "puerta de Marte", vestigio romano de Reims
Si seguimos caminando se irán sucediendo las plazas, recorridas en ocasiones por las recientemente estrenadas líneas de tranvía (cuando fui en verano de 2011, acababan de inaugurarlas), como la del ayuntamiento, soberbio edificio de gusto francés construido en el s. XVII y reconstruido tras las heridas de la primera guerra mundial, que puede presumir de reunir el mayor conjunto de banderas francesas que yo nunca he visto junto :) Seguimos caminando para llegar a la "place royale" (plaza real), armónico conjunto de edificios del s. XVIII (construido prácticamente a la vez que la plaza Stanislas de Nancy) que reune la sub-prefectura con una escultura de Luis XV, rey de Francia durante la construcción. Desde esta plaza ya se empieza a dejar ver el que es el edificio más famoso y singular de la ciudad...

Y es que si se dice que "todos los caminos van a Roma", en Reims podríamos decir que todos los visitantes acaban dirigiéndose a su catedral. Aparte del lugar de la coronación de numerosos reyes franceses, estamos ante una obra maestra del gótico, una de las catedrales más incomensurables de Francia y que, a mi juicio, está muy por encima a todos los niveles de la catedral de Notre Dame de París. De hecho, entre las catedrales más hermosas de Francia, según sus propios habitantes, estarían Amiens, Chartres, Estrasburgo y Reims, quizá con permiso de Burdeos, y no París, ¡¡pero París es París!! El caso es que la catedral de Reims es de un gótico puro que sorprende, ya que se comenzó en 1211 (recuerdo que se celebraba el octavo centenario cuando estuve allí con un espectáculo de luz que no pude ver) y fue acabada, al menos su parte principal, solamente 64 años después. Esta catedral sorprende también por sus más de 2000 estatuas, que muestran desde reyes a ángeles, siendo la que quizá sea la más famosa un ángel sonriente que recibe al visitante en la parte baja de la entrada al templo.

Interior de la catedral de Reims
Por dentro el encanto de la catedral continua. Las estatuillas presiden la parte interior de la puerta principal, y los enormes rosetones la llenan de color. Las vidrieras, que van del s. XII al XX, ocupan buena parte de sus paredes, con tonalidades diversas, destacando los tonos azulados.

Es posible visitar la parte alta de la catedral, con una visita guiada, lo cual nos permitirá acercarnos a parte de su conjunto de estatuas y tener una perspectiva distinta del templo y del resto de la ciudad. En un patio se pueden ver las esculturas de algunos de los reyes y llama la atención su gigantesco tamaño, que no parece tan grande visto desde abajo.

Ayuntamiento de Reims
Pero la catedral es solo uno de los tres edificios "patrimonio de la humanidad" de Reims. El segundo se ubica junto a ella: el palacio de Tau es un palacio episcopal que se ha ubicado en ese lugar desde el siglo V, aunque el edificio actual es del s. XVII. Se le llama así por su forma de "T" ("Tau" en griego), y se utilizó como residencia de los reyes que iban a ser coronados o que acababan de hacerlo los días previos y/o posteriores a la ceremonia. Hoy el edificio se puede visitar por dentro y expone el tesoro del conjunto catedralicio.

El tercer edificio es la basílica de Saint Rémy, que como contrapunto a la catedral es de estilo románico, y se ubica en el lugar en el que ha existido una iglesia desde el s. VI, aunque el templo actual es del s. XI. Llama la atención su tamaño para una iglesia de estilo románico y con esa antigüedad. Como los edificios anteriores, sufrió mucho en la primera guerra mundial y tuvo que ser parcialmente reconstruido. La basílica está dedicada a San Remigio, santo francés que bautizó a Clovis, primer rey franco, convirtiéndolo al cristianismo, siendo por ello uno de los grandes precursores de esta religión en Francia. Para llegar a la iglesia habrá que alejarse 1,5 kilómetros de la catedral, yendo hacia el sur, porque la basílica no está ya en lo que podríamos definir como casco antiguo de Reims.

Basílica de Saint Remy, de estilo románico, que también es patrimonio mundial
Otros lugares destacables serían la sinagoga, la moderna basílica de Santa Clotilde o la encantadora plaza de Erlon, presidida por una escultura dorada de la victoria alada.

CIUDAD DE CHAMPÁN


Reims está en la tierra del champán
La visita a Reims puede terminar acercándose a disfrutar de su oro líquido, el mundialmente famoso "champán", que en francés se llama "champagne", como la región. Esta bebida, que aunque conocida por los romanos fue "reinventada" en el s. XVII tal y como la conocemos hoy, es una de las culpables del elevado nivel de vida que hoy puede permitirse la región, uno de los más altos de Francia (excluyendo París).
Las referencias al champán me parecieron menos frecuentes de lo que esperaba en la ciudad, algo que quizá se deba a que no es la capital del champán, privilegio que se suele otorgar a Épernay, unos 30 kilómetros al sur. No obstante, para los interesados, y aunque es algo que yo no hice, me consta que varias bodegas de los alrededores ofrecen visitas a sus instalaciones y catas, y sino siempre se puede acercar uno a la localidad mencionada anteriormente. Como curiosidad, decir que comí en casa de la familia de una muy buena amiga de mi pareja, y que allí mojan una especie de bizcochitos rosas en el champán... jamás me habría imaginado que una bebida con tanto "glamour" como el champán se usara para mojar un bizcocho como hago yo con la leche a la hora de desayunar (parece que se le llama a ese pastelito "biscuit rose de Reims").

CÓMO LLEGAR


Debido a su cercanía a París y a la existencia de trenes TGV (el "AVE" francés) de la vía "Este-europea" que la comunican con la capital francesa, Reims se ha convertido en una habitual excursión de un día desde allí. Con antelación no es difícil conseguir billetes de tren a 17€ (solo ida) o menos desde París o Estrasburgo, estando la primera a apenas 45 minutos y la segunda a hora y media. Existen dos estaciones de tren, una la "tradicional", en el centro de la ciudad, y la otra la que se ha hecho recientemente sobre las mismas vías del TGV, a unos 10 kms. del centro de la ciudad (llamada "Champagne-Ardennes TGV") y que es la última parada de una de las dos líneas de tranvía, por lo que se puede ir de una a la otra en este medio de transporte. Existen conexiones a otras ciudades francesas como Lille, Nantes o Rennes, rodeando París, aparte de la estación de TGV de Lorena, entre Metz y Nancy.

A nivel de carreteras, dos importantes autopistas pasan junto a ella, la autopista de los ingleses (A-26), que une Calais, junto al canal de la mancha, con Troyes, al sur de Champaña, y desde ahí se dirige hasta el mediterráneo a través de otras vías; y la autopista del este (A-4), que une París con Metz y Estrasburgo.

Esculturas de reyes en la azotea de la catedral

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