lunes, 16 de julio de 2012

Tierra de cascadas: ¡NORTE DE BURGOS! (II)

Hace ya más de dos meses que tengo pendiente escribir la segunda parte sobre el norte de Burgos y por circunstancias personales no me ha sido posible hacerlo... ¡hasta hoy! Así que allá vamos. La primera la tenéis aquí: Tierra de cascadas: ¡NORTE DE BURGOS! (I)

Cascada de Peñaladros, junto a Cozuela
El norte de Burgos todavía esconde más sorpresas. Entre ellas, una de las más sorprendentes es el monte Santiago, ubicado cerca de la población de Berberana, en una especie de "cuerno" que a la provincia de Burgos le sale en su noreste y que se interna claramente en la vecina región de Euskadi. Este monte, declarado "monumento natural" por la junta de Castilla y León, además de albergar un encantador hayedo, tiene un espectacular corte en el lugar en el que hace frontera con tierra vasca, formando el llamado "salto del Nervión". No todos se ponen de acuerdo a la hora de darle altura a este salto, pero las cifras más modestas hablan de 220 metros, yendo algunas hasta los 300, lo que le haría ser el más alto en España y estar entre los más grandes de Europa (que no el más grande, ya que en la parte francesa del Pirineo, en Gavarnie, hay una cascada que supera los 400 metros). La lástima del lugar es que el río es aun muy pequeño y la roca es porosa y tiende a filtrarse, y solo en época de gran abundancia de agua puede verse la cascada en su plenitud. Muchas veces ni las lluvias medianamente abundantes bastan (o dejan notar su efecto muy poco tiempo), así que es necesario pillar un día en el que el deshielo ayude. En la práctica, la cascada se ve solo unos pocos días al año. Se puede comparar mi foto con otras que circulan por la red como la de este otro blog. Para no hacer el viaje en vano, recomiendo llamar por teléfono a la oficina del monumento natural del monte Santiago, que según parece informa del estado en el que la cascada se encuentra.

Salto del Nervión, fuera de la época de deshielo, sin apenas agua
No nos vamos del noreste de la provincia, para esta vez visitar el más septentrional (si cabe) valle de Angulo. Este valle, también vecino de Álava, y verde a rabiar, esconde la última cascada que he visitado en esta zona: la cascada de Peñaladros. Para llegar a ella tenemos que aproximarnos al núcleo de Cozuela, y junto a él, coger una pista con cemento que sale a mano izquierda (suponiendo que llegamos desde el sur, si venimos de Bilbao sería a mano derecha), para tras unos pocos metros, poder admirar la cascada. Ésta es de menor tamaño que la anterior pero menos esquiva, ya que debe dejarse ver en prácticamente cualquier época del año (por supuesto, con más agua en época de lluvias y/o deshielo), y personalmente a mí me pareció especialmente hermosa, por su forma y por la calma que me transmiten sus fotos, con una poza que imagino que podrá ser usada para pegarse un baño en la época de más calor.

Ojo Guareña. Ermita de San Tirso y San Bernabé
Pero no solo de cascadas vive el hombre... cogemos el coche y esta vez nos dirigimos hacia el oeste desde el valle de Ángulo, hacia Espinosa de los Monteros (pueblo con un buen albergue por si queréis dormir en la zona por muy poco dinero), y vamos algo más allá, al pueblo de Merindad de Sotoscueva. El nombre parece querer darnos la pista de que lo que vamos a ver por allí es una cueva, y así es... Ojo Guareña es el nombre del conjunto de cuevas de mayor longitud de España, superando, con todas sus conexiones, el centenar de kilómetros. Aunque a nivel turístico no tengan mayor relevancia las mismas, ya que apenas poseen formaciones (estalagmitas y estalactitas) recomiendo visitar la zona para admirar la singularidad de la ermita de San Tirso y San Bernabé. Esta ermita está ubicada en un hueco (diría que natural) de la roca, en un hermoso entorno. Pero si por fuera llama la atención, debo confesar que me enamoró más si cabe su interior, con bonitos frescos en la piedra desnuda que forma el techo del templo. Para la conservación de las pinturas no se permitía hacer fotos por dentro, y de hecho apenas circulan fotos por internet del interior, siendo ésta una de las pocas que he visto.

Castillo, en Cebolleros.
No acaban los lugares singulares en la zona, y es que si nos acercamos a Medina de Pomar (pueblo que merece un alto en el camino por su castillo), y nos vamos unos pocos kilómetros más al sur, en Cebolleros, encontraremos un sueño. El sueño de un tipo corriente, Serafín Villarán, de construir un castillo, se ve plasmado en los cantos rodados, dispuestos con esmero por él mismo y sus familiares, que siguen con la obra ahora que él ha fallecido. Como es natural, al ser algo privado, no se puede ver por dentro, aunque estas fotos de su sobrino en "flickr" muestran que el encanto va más allá de su exterior.

Terminamos la visita bajando hasta Oña, para lo que tendremos que gestionar las curvas del desfiladero de la Horadada, con el objetivo de visitar el inmenso monasterio del Salvador. Este monasterio, que el año pasado cumplió 1000 años de historia, es en la actualidad la sede temporal de la exposición de "Las Edades del Hombre", que muestra el rico y variado arte religioso de Castilla y León. Si se visita más allá de 2012 sigue mereciendo la pena verlo por dentro, entre otros, por su magnífico claustro gótico, un buen lugar para acabar esta segunda parte del periplo por el norte burgalés.

Claustro del monasterio del Salvador, Oña.