jueves, 3 de diciembre de 2015

Hay arte en el CINTURÓN METROPOLITANO de BARCELONA (II): parte sur

Tras una primera entrada dedicada a las poblaciones más interesantes del área metropolitana de Barcelona al norte de la capital, aquí tenéis esta otra dedicada a las poblaciones del sur:

Bodega Güell (Celler Güell en catalán), el desconocido edificio que Gaudí construyó en el pequeño pueblo de Garraf, es hoy un restaurante


SANTA COLOMA DE CERVELLÓ



Junto a Barcelona capital, pero fuera de ella, hay sitio incluso para un lugar patrimonio de la humanidad, como es la cripta de la colonia Güell, desconocida obra de Antoni Gaudí.

La colonia Güell fue una colonia obrera industrial, que de algún modo sigue activa hoy como atracción turística. El empresario Eusebi Güell, el mayor mecenas que nunca tuviera Gaudí, quiso construir algo así como "una ciudad industrial ideal", en la que las viviendas de los obreros estuvieran integradas en el conjunto junto a los talleres, así como otros edificios adyacentes como la citada cripta, que hace las veces de iglesia. Este edificio, sin duda el más destacable del conjunto, fue ideado como algo mucho más ambicioso, pero finalmente solo se realizó la cripta, ya de por sí una obra maestra por sus sinuosas líneas y sus llamativas vidrieras.

Cripta de la colonia Güell, en Santa Coloma de Cervelló
Para Gaudí, así como para los que desean estudiar su evolución, éste es un lugar destacado porque es el preámbulo de otras obras suyas posteriores, tales como la Sagrada Familia.

La colonia Güell tiene su propia parada en las línea S8, que va de la plaza de España barcelonesa a Martorell (también pasan por allí las líneas S4 y S33). No obstante, al estar esta en zona 2 de la TMB, yo recomiendo bajarse en la parada anterior (Molí Nou - Ciutat Cooperativa), porque es de la zona 1 y porque a ella llegan más trenes, y hacer el resto a pie, que es cosa de 10 minutos.

Actualización 2020: La parada de la colonia Güell, aunque está en zona 2, ya forma parte del área a la que se puede acceder con billetes de la zona 1 de transporte público.


GARRAF



Este pueblecito, que administrativamente pertenece a Sitges, está ubicado en una pequeña tregua que se dan el mar y el macizo montañoso del Garraf (que cae a plomo sobre el Mediterráneo durante casi todo el viaje entre Castelldefels y Sitges), y guarda uno de los edificios más desconocidos de Gaudí, el celler Güell (bodega Güell) hoy convertido en restaurante. Además, aquí se ubica también una de las playas urbanas más "coquetas" de los alrededores de Barcelona, con las pintorescas casetas de pescadores blancas y verdes en primera plana de un telón de fondo dominado por las montañas.

La playa de Garraf durante el verano, con las pintorescas casetas de pescadores, blancas y verdes
Garraf es la única población ubicada entre Castelldefels y Sitges, y tiene su propia parada en la línea de tren R2-sur desde Barcelona, estando en zona 2 de la red integrada de TMB y zona 3 de los trenes de cercanías (Rodalies). Para llegar hasta ella hay que sufrir casi la mitad del trazado de las curvas del Garraf, ya que la autopista de peaje que va hasta Sitges no tiene salida para el pueblo.


SITGES



La que probablemente sea la población costera más bonita de la mitad sur de Cataluña (excluyendo las capitales de provincia Tarragona y Barcelona, aunque en estos casos la belleza no está muy relacionada con el mar) está sorprendentemente solo a 35 kms. de Barcelona, aunque puede parecer mucho más lejos. El motivo es el bloque montañoso del Garraf, que la aleja de Barcelona y dificulta las comunicaciones con ella.

Sitges se ha hecho famosa en los últimos años por su conocida fama de población "gay-friendly", y de hecho la nutrida población homosexual se hace evidente al pasear por ella, haciendo que sea una especie de "Chueca de Cataluña". Además, el festival de cine fantástico que se celebra a principios de otoño, uno de los carnavales más concurridos de la zona y el hecho de ser un referente del turismo de sol y playa acaban de justificar la buena reputación de esta población.

Museo Cau Ferrat, en Sitges
Al margen de sus agradables playas, o del paseo marítimo coronado por la iglesia principal de la ciudad, ubicada en un promontorio, a nivel cultural tiene tres rincones muy recomendables para la visita: el palau (palacio) Maricel, el museo del mismo nombre y el museo Cau Ferrat.

La visita al palacio, cuyos encantos apenas se pueden intuir desde el exterior, es guiada y solo se puede hacer los domingos durante la mayor parte del año; en verano se puede visitar otros días (+ info aquí). Los otros dos museos son casi como uno solo, ya que están ubicados en el mismo edificio. En los tres casos las lujosas y bien decoradas estancias hablan de la vida de Santiago Rusiñol y Charles Deering, sus distinguidos dueños. Salas con nombres como "salón de oro", "salón azul" o el vistoso claustro nos dejaron maravillados, con el encanto extra de estar ubicadas casi casi colgadas sobre el mar.

Línea costera de Sitges

Sitges, está bien comunicada con Barcelona, pero por desgracia llegar es muy caro para la poca distancia a la que se encuentra de la capital catalana. En tren está en zona 3 del área integrada de TMB y en la zona 4 de la red de cercanías de Barcelona, y se va desde Barcelona en la línea R2-sur. En coche, hay que aguantar la complicada carretera de las curvas del Garraf, con mucho tráfico de coches y ciclistas, o la cómoda pero carísima autopista de peaje, por la que se piden unos 7€ por solo 16 kms (sin duda uno de los peajes más caros de España).


VILANOVA I LA GELTRÚ



Tras pasar por Garraf y Sitges, la siguiente población importante es Vilanova i la Geltrú, que también merece una visita. En esta ocasión, quizá sus encantos no sean tan evidentes, ya que nuestra visita se centró en dos museos: el famoso museo del ferrocarril de Cataluña, y el quizá más desconocido museo Víctor Balaguer. Aunque no lo hemos visitado, las fotos que se pueden encontrar por internet nos dicen que Vilanova también puede presumir de un agradable paseo marítimo jalonado por palmeras.

Interior del museo Víctor Balaguer, que tenía maneras de ciudad bastante más grande
Sin desmerecer al primer y más famoso museo, la sorpresa nos la dio el segundo, ya que nos pareció una interesante y ecléctica colección de pintura y escultura de la que ni siquiera habíamos oído hablar antes de ir, y a la que entramos simplemente porque estaba enfrente del museo del ferrocarril y su edificio nos llamó la atención.

El museo del ferrocarril es una de las mejores colecciones de locomotoras y vagones de tren de España, y están representadas todas las épocas de nuestra historia ferroviaria. Hay que recordar que la primera línea de tren de la España actual fue la Barcelona-Mataró, inaugurada en 1848 (Cuba, por aquel entonces provincia española, construyó su primera línea unos años antes).

Para llegar a Vilanova i la Geltrú precisamente en tren hay que seguir la misma línea R2-sur que lleva hasta Garraf y Sitges, siendo la siguiente parada tras estas dos si vamos desde Barcelona. Está en zona 4 de ambas redes de transporte, la de TMB y la de cercanías de Renfe. Como dije para Sitges, en coche hay que soportar las curvas de la carretera convencional o el caro peaje de la autopista.

Dos de los ejemplares de trenes más modernos del museo del ferrocarril de Vilanova i la Geltrú