jueves, 18 de octubre de 2012

Esplendor otoñal: el FAEDO de Ciñera

Las fechas en las que nos encontramos, ahora que vemos cómo la noche va ganando terreno al día, el frío al calor, y se van cayendo las hojas de muchos árboles, pueden ser, sin embargo, las mejores para admirar algunos bosques que muestran una maravillosa paleta de colores, del verde al marrón pasando por todo tipo de amarillos o rojizos.

El "Faedo" de Ciñera, un 6 de noviembre
Uno de los mejores sitios que recuerdo para admirar ese colorido otoñal lo tenía muy cerquita de casa, y tuve oportunidad de descubrirlo; es el Faedo de Ciñera de Gordón (León). Este pueblo, recientemente presente en las noticias por los enfrentamientos entre policías y mineros que reivindicaban sus derechos laborales, esconde un secreto bien guardado a poca distancia de las últimas casas del pueblo; un pequeño hayedo magníficamente conservado, cuyos árboles tienen formas inverosímiles en algunos casos, y que se llena de color en otoño, aunque la visita resulta interesante en otras épocas del año también.

¿CÓMO LLEGAR?


Ciñera de Gordón está ubicado en la montaña central leonesa, y es uno de los muchos pueblos por los que hay que pasar para ir de León a Oviedo si no cogemos la autopista y nos vamos por la N-630. Se encuentra a unos 40 kms. de la capital leonesa.

La ruta que nos lleva hasta el Faedo comienza en el mismo pueblo, donde no resulta nada complicado encontrar aparcamiento si llegamos en coche (Ciñera es accesible en autobús desde León, con numerosos servicios diarios, y en tren se puede llegar al mismo pueblo o a la cercana localidad de Santa Lucía de Gordón, 2 kms. antes). Desde ahí la ruta comienza subiendo por una calle que nos lleva hasta el polideportivo del pueblo, que dejamos a mano izquierda, para poco después dejar también a mano izquierda el cementerio (se recomienda preguntar por estos edificios en caso de tener dudas), a partir de donde la calle se convierte en pista forestal. Se puede llegar en coche hasta el cementerio.

Bocamina en desuso en el camino de Ciñera al Faedo
Durante nuestra ruta hasta el Faedo, nos encontraremos con una bocamina ya en desuso. Poco después, en una desviación de caminos elegiremos el de la izquierda, dejando a mano derecha un camino que asciende rápidamente (creo que este cruce está convenientemente indicado). Sin pérdida seguiremos ese camino, dejando a mano derecha, minutos más tarde, un área recreativa muy apetecible para comer de pic-nic en verano. Ya tendremos a tiro de piedra el Faedo.

Resulta sorprendente ver cómo la luz apenas puede traspasar la espesura de este bosque cuando los árboles tienen hojas, cómo el manto de hojas caídas cubre el suelo todo el año, así como las formas caprichosas de los árboles, o el suave murmullo del arroyo que lo recorre la mayor parte del año. Es difícil explicarlo con palabras, lo mejor es ir a verlo allí, y si no es posible, echar mano de las fotos que aquí os subo.

Acabado el pequeño hayedo, nos encontramos con unas pequeñas hoces que se pueden recorrer de forma segura, gracias a la pasarela instalada a tal efecto.

Hoces a la salida del Faedo
 Una vez acabadas las hoces terminó la ruta para mí.

¿CUÁNDO IR?


Mi visita otoñal fue un 6 de noviembre, fecha en la que, como se puede apreciar en las fotos, apenas quedaban hojas a los árboles. Recomendaría ir en rango entre esta fecha y un par de semanas antes, cuando la paleta de colores abarque un tono amarillento que yo me perdí, aunque me imagino que la llegada del otoño a este bosque no coincidirá todos los años en las mismas fechas.

Faedo de Ciñera
Otras personas que lo han visitado en primavera e invierno también lo recomiendan, por el potente verde en el primer caso y por el blanco que con un poco de suerte te puedes encontrar en el segundo. Yo volví una segunda vez en verano, y el resultado fue un poco decepcionante, especialmente porque el arroyo venía seco y eso, a mi juicio, restaba interés al conjunto.

Como es lógico, se recomienda ir preparado de acuerdo a cada época del año. Un hayedo suele ser un lugar sombrío, fresco cuando no frío, y en el que reina una gran humedad.

Otra instantánea más del arroyo que preside el Faedo

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