miércoles, 25 de abril de 2012

Picos de Europa (III): LIÉBANA

Vista de Peña Vieja desde el Mirador del Cable
Conocemos como "Liébana" a la comarca de los Picos de Europa en Cantabria, comunidad que abarca algo más del 20% de la superficie del parque nacional. Y es esa vinculación con los "Picos" lo que me hace publicar esta entrada, ya que el que podía ser un lugar de difícil acceso, con una climatología "complicada" y un cierto problema de despoblación resulta ser más bien un paraíso de una naturaleza imponente, que atrae cada vez a más visitantes y que nunca decepciona; algo que comparte con toda la zona de Picos de Europa.

Posiblemente estemos ante la comarca cántabra mejor definida de forma natural; altas montañas, más o menos accesibles por puertos igualmente altos, delimitan todos sus puntos cardinales, y la salida del río Deva hacia el mar Cantábrico sería su lugar de más fácil de acceso pero ni eso es sencillo; el desfiladero de la Hermida, largo y estrecho, hace que definitivamente no haya forma fácil de entrar a esta comarca. Pero no pasa nada, algo de tiempo, paciencia y unas pastillas para el mareo, y este lugar recompensará con creces el esfuerzo.

Potes
Potes es la capital de la comarca, centro de comunicaciones en el que se cruzan las principales carreteras y su pueblo más pintoresco. La Torre del Infantado preside el centro del pueblo, atravesado por los ríos Deva y Quiviesa. Sus calles estrechas con tiendas de recuerdos y que bullen de gran actividad para lo que es un pueblo de 1500 habitantes y algunos rincones con cierto aire medieval hacen que poca gente que visita Liébana no pare a recorrer su capital. Sorprendentemente, al menos para mí, su casco antiguo se destruyó por un incendio durante la guerra civil, pero ello no ha impedido que sea declarado conjunto histórico. También es sorprendente que a pesar de su cercanía a montañas que superan los 2400 metros, Potes se sitúe a menos de 300 metros sobre el nivel del mar, aunque esto viene explicado por los grandes desniveles de la zona, de los cuales ya hablé en previos relatos de Picos.

Si bien Potes es digno de visita, el mayor encanto de la zona es su naturaleza, y hablar de naturaleza en Liébana, es hablar de los Picos. De las montañas del parque nacional, a la vista en toda la comarca, lo más famoso es el circo de Fuente Dé, en el extremo oeste de la misma. A 24 kms. de Potes, la carretera muere allí, y sorprende el abrupto cambio de altura... el cual no debió dejar indiferente al sr. Odriozola: lebaniego, ingeniero y que acabaría siendo presidente de la federación española de montañismo, este hombre ideó el teleférico de Fuente Dé y elaboró su anteproyecto. Fue inaugurado en 1966.

Teleférico de Fuente Dé
Hoy, el teleférico de Fuente Dé sigue sorprendiendo con sus datos: 753 metros de desnivel que se salvan sin ninguna base intermedia en la que apoyarse (un dato de récord), en un recorrido que no llega a los 4 minutos, nos ponen a algo más de 1800 metros de altura en pleno corazón del macizo central de Picos de Europa, el más escarpado de los tres. Las moles de piedra, que en ocasiones superan los 2600 metros, quedan mucho más cerca.

Una vez arriba, un recorrido clásico es el de bajar hasta Espinama, recorriendo la enorme explanada de los "puertos de Áliva", al amparo de Peña Vieja, que hace que las dos edificaciones existentes en el lugar parezcan ridículamente pequeñas (hablo del "refugio de Áliva", un alojamiento que a pesar de su nombre más parece un hotel caprichosamente lujoso, y del chalet real, otro capricho, esta vez de Alfonso XIII, en la época, ya pasada, en la que Picos era un campo de caza y viajar a Botsuana a cazar no estaba en la agenda de la monarquía española). El trayecto, para prácticamente todos los públicos por ser todo cuesta abajo (se bajan unos 1000 metros de desnivel), lleva unas 3:30-4 horas, y por la diferencia de altura abarca paisajes muy variados, desde la zona casi medianamente "lunar", con poca vegetación, del mirador del cable (estación superior del teleférico) hasta los árboles cercanos a Espinama pasando por las praderías generosas en color verde de Áliva. Para volver a coger el coche en Fuente Dé, se puede ir andando (hay un desvío después de Áliva, pero alarga una hora la ruta y obliga a ir algo cuesta arriba) o coger un taxi 4x4 por un módico precio (en junio de 2011 me costó 8€ el trayecto, y cuantas más personas vayan a menos dinero se sale "por barba").

Aunque a los montañeros más puristas les pueda parecer una "trampa" el ascenso con el teleférico, los vagos y los que nos ubicamos en término medio agradecemos su existencia porque permite hacer ésa y otras muchas rutas con una dificultad inferior y en un tiempo mucho menor. Otra posibilidad de ruta es la que desde el mirador del cable lleva hasta el collado de Horcados Rojos (se puede hacer cumbre en el pico homónimo con un poco más de tiempo), muy bien señalada y que es de las más espectaculares que yo haya hecho nunca, en ese ambiente "lunar" al que hacía referencia antes, con algunas de las cumbres más altas de los Picos y con neveros casi permanentes. El toque original lo da el diminuto refugio de "Cabaña Verónica", el ubicado a más altura de la España peninsular (unos 2300 metros) y la sorpresa final son las soberbias vistas de la parte trasera del Naranjo de Bulnes desde lo alto del collado. Y esto es solo un ejemplo.

Refugio de Cabaña Verónica, frente a la torre de Horcados Rojos
Y no solo es Fuente Dé, desde otros muchos pueblos lebaniegos las rutas son casi infinitas. Un ejemplo es Mogrovejo, pueblo que en sí mismo bien puede merecer una visita, ya que a las buenas vistas de los Picos añade el toque medieval del torreón que tiene el casco urbano. Desde aquí, por ejemplo, se puede acceder a Peña Oviedo.

Para rematar la visita, qué mejor que cambiar de tercio y acudir al lugar sagrado por excelencia de la comarca: el monasterio de Santo Toribio. Este monasterio se ha hecho famoso porque dice tener el pedazo más grande de la cruz de Jesucristo... cosa que no han desmentido las pruebas de carbono 14 efectuadas, que lo datan de hace unos 2000 años y de un tipo de madera común en el Jerusalén de hace dos milenios... ¡otra cosa es que sea de esa cruz y no de cualquier otra cosa! Al margen de creencias, el lugar resulta interesante para descansar de tanta naturaleza y de las caminatas que ello conlleva.

Monasterio de Santo Toribio de Liébana
El hecho de estar en una zona tan rural y tan turística ha hecho que las casas rurales abunden, y el encanto de la arquitectura rural de la zona hace que dormir en una de ellas sea una delicia. En una de mis visitas dormí en la "casona de Baró" y quedé encantado con la calidad/precio del lugar. Para grupos y si hay sitio, el albergue juvenil de Tama, que también conozco, ofrece alojamiento en simpáticas cabañas de madera a precio de risa (menos de 6€ la noche), por lo que el dinero no será excusa para visitar este mágico lugar.

1 comentario:

Camila dijo...

No conozco ninguno de los países de Europa, y por eso seria muy bello en algun momento poder ir allí. Como es un continente un tanto lejano, seria importante poder obtener vuelos baratos para poder llegar de una forma económica, y de esta manera espero poder disfrutar de las maravillas que hay allí