"Cerrada de Elías", desfiladero de la ruta del río Borosa |
Jaén, que seguramente sea la provincia andaluza menos explorada, por el
hecho de no poseer mar ni tener una capital de tanta resonancia como Sevilla o
Córdoba (las otras dos únicas provincias andaluzas sin salida al mar), guarda puntos de interés más que dignos de ser visitados, que no tienen nada
que envidiar al resto del sur de España. Un buen ejemplo es Cazorla y las
sierras de los alrededores que, con permiso de Sierra Nevada, forman el
conjunto montañoso más atractivo de toda Andalucía. En él recorreremos su ruta
de referencia: la ruta del río Borosa.
CAZORLA
Cazorla marca la frontera entre las extensas tierras de olivares que
alfombran la parte más llana del territorio jienense, y la montaña que se
extiende justo detrás del pueblo. Con unos 8000 habitantes, es la población más
grande del este de la provincia, y la capital de la zona. Principal acceso al
parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas, Cazorla supone
también el punto de mayor infraestructura turística, tanto de restaurantes como
de alojamiento o de empresas de turismo activo, aunque sin haber perdido un
ápice de su personalidad. No obstante, el pueblo en sí, es más que interesante
para hacer una visita.
Vista de Cazorla al atardecer, desde la carretera que la une con Úbeda, pocos kilómetros antes de llegar |
Cazorla es un ejemplo, de tantos, de típico pueblo andaluz. Su caserío,
inmaculadamente blanco y con macetas llenas de flores, se deja querer por las
cámaras de fotos de sus visitantes. El hecho de encontrarse ya en las primeras
estribaciones de la sierra, hace que en su trazado sean protagonistas las
numerosas cuestas de sus estrechas calles, cosa que se ve antes de llegar al
pueblo, ya que llegando desde el oeste muestra todo su caserío, orgulloso,
altivo y presidido por su castillo, varios kilómetros antes de llegar.
Una vez dentro del pueblo, invito a pasear sin plano, a perderse por sus
calles, especialmente por aquellas peatonales, muchas de ellas gobernadas por
escaleras, a uno y otro lado de su cercano río. El principal monumento de la población es el castillo de la Yedra, de origen musulmán pero modificado por cristianos en el s. XV, ubicado
en un extremo y visible desde cualquier punto de Cazorla, siempre que la anchura
de sus calles lo permita. La entrada, por muy poco dinero (3€ si no recuerdo mal
cuando fui yo, la semana santa de 2011), incluye una visita guiada por sus
dependencias, utilizadas como museo de artes y costumbres del alto Guadalquivir.
Otros edificios representativos del pueblo serían las ruinas de la iglesia
de Santa María, ubicadas en la plaza homónima, que son un raro ejemplo de
iglesia en ruinas que se ha decidido dejar medio derruida en lugar de hacerla
desaparecer. Hoy se utiliza como teatro al aire
libre en los meses con mejor climatología. También merece la pena destacar el palacio de las cadenas, austero aunque hermoso palacio del s. XIX.
Saliendo de Cazorla en dirección a la sierra, la carretera se retuerce hasta el cercano puerto de las Palomas. Un mirador en la misma cima del puerto
permite a los que lo deseen pararse a disfrutar de la vista, que nos muestra
una parte del imponente parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y las
Villas, que con sus 2100 kilómetros cuadrados, es el espacio protegido
de mayor extensión en todo el país, con mayor tamaño que la provincia de Guipúzcoa.
RUTA DEL BOROSA
Todavía habrá que hacer otros 30 kilómetros para
que lleguemos a la piscifactoría que nos marca el inicio de la ruta de senderismo
más conocida del parque, la ruta del Borosa.
Pequeña cascada del Borosa |
El Borosa es un pequeño río que poco después del comienzo de la ruta
desemboca en el Guadalquivir, su famoso vecino que también nace en esta sierra.
La ruta que lo sigue va desde una piscifactoría hasta la laguna de Valdeazores,
tiene unos 11 kilómetros de longitud (solo ida) y unos 700 metros de desnivel. Para
recorrerla entera se necesitará todo el día, y aunque su longitud y desnivel son
notables, la facilidad del camino, y la poca pendiente en casi todo el
recorrido (se sube poco a poco, salvo en la parte de las cascadas) hacen que no me pareciera
una ruta complicada. Su recorrido es muy interesante ya no solo por la belleza
de los lugares por los que pasa, sino porque abarca una diversidad de paisajes
enorme: veremos un desfiladero, llamado “cerrada” en esos lares, varias
cascadas, alguna de un tamaño considerable, y finalizaremos con dos sugerentes
lagunas de montaña.
La ruta comienza por una pista de tierra, sin dificultad, y por la que los
más perezosos podrían circular si contratan los servicios de algún 4x4 en el
parque. El primer gran punto de interés es la cerrada de Elías, un punto en el
que el río se encajona caprichosamente y no deja espacio más que para sus
cristalinas aguas, hasta el punto de que se ha instalado una pasarela siendo la
única forma de seguir al río en este pintoresco punto. Los que vayan en
todoterreno pueden continuar más para allá puesto que la pista sube para evitar
el desfiladero, aunque para verlo no tendrán más remedio que caminar.
Se sigue por la pista, sin mayores complicaciones ni grandes desniveles,
hasta que llega la zona de las cascadas; el río muestra diversos saltos de
agua, entre los que el más alto es el llamado "salto de los órganos". En esta preciosa zona
salvaremos el tramo con más desnivel, en la que incluso se han habilitado
varios túneles en la roca (que se pueden recorrer, con cuidado, a oscuras,
aunque yo si volviera llevaría una linterna) para poder seguir caminando. No mucho más allá nos
toparemos con la laguna de Aguas Negras, parcialmente represada y que hace
honor a su nombre, en un entorno de gran belleza.
Solo unos 20-30 minutos más a pie nos bastarán para llegar a la bonita
laguna de Valdeazores. Con aguas no tan oscuras y con peces hambrientos
(pudimos comprobarlo al compartir con ellos la empanada que llevamos para
comer), la laguna nos saluda en un entorno todavía muy arbolado, a pesar de que
la altura a la que nos encontramos es moderada ya (unos 1400 metros). Aquí la
ruta acaba, con lo que nos despedimos de este pequeño rincón de sierra. La
vuelta se haría por el mismo sitio que la ida.
CONSEJOS
Calle típica de Cazorla, con la montaña al fondo |
Hablaré también del alojamiento, ya que el lugar donde dormí me dejó tan
buen sabor de boca que me veo en la obligación de compartirlo en la red. Se
trata de la casa rural “Plaza de Santa María”, se encuentra en la esquina de la
plaza homónima y es una auténtica delicia. Hablamos de una casa blanca que
parece querer recordar el pasado islámico de Andalucía, equipada con una
terraza con vistas soberbias del castillo y de todo el pueblo, con una jaima
(tienda de campaña típica bereber, usada en el desierto marroquí) en la que
tomar alguno de los tés, cafés o infusiones que se ofrecían de forma gratuita
en la cocina. No se ofrecen comidas aparte del desayuno, pero la cocina-comedor
puede ser usada para comer lo que te lleves de casa o compres allí. Las
habitaciones, espaciosas y encantadoras, siguen envolviéndote en ese toque
“moruno” que tiene Andalucía, y yo les sacaría como único defecto el que
tuviera que agacharme en algunas puertas. La amabilidad de los dueños es otro
punto positivo más, y es que aunque suele ser típico en las casas rurales, allí
me pareció realmente digna de mención. El precio, cuando yo fui, era de 50€ en
temporada baja y de 60€ durante la alta, y merece totalmente la pena. Para más
detalles, consultar su web (http://www.plazadesantamaria.com/). Y que conste que no me llevo comisión, lo hago
porque realmente me encantó el lugar :)
Vista del caserío de Cazorla, marcando la frontera entre la montaña y el olivar |
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