martes, 25 de septiembre de 2012

MI FIORDO IBÉRICO: ¡Arribes del Duero!


Río Duero a la altura de Aldeadávila (Salamanca). La pared vertical del lado derecho es el mirador del "Picón de Felipe". 

Mi río Duero, junto al que nací... no soy objetivo si digo que me gusta porque le tengo cariño, ese cariño inexplicable que se le pueden tener a los objetos sin vida... ¡si es que de un río puede decirse semejante cosa! Me atrevería a decir que no... :)

Este río transcurre durante varios centenares de kilómetros de forma plácida desde poco después de nacer, como si estuviera cerca de su desembocadura. Transcurridos más de 400 kilómetros de su nacimiento, todavía se encuentra a más de 600 metros de altura sobre el nivel del mar, debido a la curiosa orografía que representa la meseta en nuestro país. Pero cerca de la frontera con Portugal se vuelve especialmente hermoso, empieza el "festival"... el Duero se encajona y empieza a perder altura a una velocidad muy superior a la que frecuentaba en la meseta y a la normal en un río de su tamaño y características. Si bien necesitó más de 300 kms. para perder apenas 200 metros de altura, en esos 100 kms. en los que hace frontera con Portugal pasa ahora a bajar casi 500 metros, para entrar en el país luso de nuevo "relajado". Los que lo conocieron hace 70 años seguramente puedan decir que era espectacular ver cómo 500 kms. después de nacer y con el caudal que el Duero tiene en ese punto (ya con todo el agua de sus principales afluentes: Pisuerga, Esla y Tormes, entre otros), éste se convertía en algo parecido a un inmenso río de montaña. Aunque esa fuerza no resultó ajena a los intereses hidroeléctricos de la dictadura franquista, que llegó a un acuerdo con Portugal para dividirse el potencial energético del río. Por ello a día de hoy tenemos varias presas que explotan esa energía fronteriza, exactamente tres portuguesas y dos españolas.  Estas presas provocan que a día de hoy veamos el agua del Duero atrapada en esta zona, y aunque solo he visto fotos de cómo era antes y no creo que sea comparable a lo que podemos ver hoy, debo decir que el aspecto actual sigue siendo cuanto menos espectacular.

Los "Arribes del Duero" (o "las Arribes", según estemos en la provincia de Zamora o en la de Salamanca) es el nombre de la comarca zamorana y salmantina en la que el Duero marca la frontera con Portugal. Debido al espectacular cañón y a las peculiaridades de fauna y flora que éste provoca, se ha declarado parque natural a ambos lados de la frontera ("Douro internacional" es el nombre del lado portugués). Su tamaño impresiona: 100 kilómetros de vía fluvial de largo y alrededor de una decena de kilómetros de ancho dan lugar a uno de los espacios protegidos más grandes de Castilla y León. En cuanto a altura, diría que estamos ante el cañón más profundo del territorio ibérico, y seguramente también ante el que más agua lleva. Datos que hacen que no sorprenda ver la majestuosidad del río en estos parajes.

Vista del cañón desde el crucero de Miranda do Douro. Al fondo la primera vivienda del pueblo portugués. 
Debido a esta singularidad quería escribir sobre este rincón, bastante despoblado, pero que va poco a poco atrayendo un turismo que ha de ser respetuoso con la naturaleza que viene a admirar. Dejaré unas ideas para disfrutar de un fin de semana en un lugar digno de ser conocido.

¿QUÉ VISITAR EN LOS ARRIBES DEL DUERO?


Para empezar, el cañón. Al ser una zona rural y al no tener interés para los habitantes del lugar el hacer pueblos junto al río (debido a la orografía no podrían descender hasta él fácilmente en apenas ningún punto), el acceso al cañón no siempre es fácil. No obstante, los miradores son frecuentes, más o menos alejados del río y más o menos espectaculares. De los que conozco, recomendaría los situados en los alrededores de Aldeadávila de la Ribera (Salamanca), especialmente el llamado "Picón de Felipe". En esa zona el cañón se escarpa hasta su máxima altura: cerca de 400 metros de caída libre hasta el nivel actual del río, a los que habría que sumar los 140 metros que tiene la presa de Aldeadávila, cuya cresta se ve desde lo alto. En total más de 500 metros de altura bajo nuestros pies que habría que bajar desde el mirador para llegar al cauce antiguo del río sin presa alguna... la vista desde este saliente es espectacular tanto si se mira hacia la presa como si se hace al lado contrario. Al Picón de Felipe, llamado así por una leyenda que cuenta el amor de un español y una portuguesa que se veían en este punto, se puede ir andando desde Aldeadávila tras una buena caminata o acercarse en coche hasta el punto más cercano, desde donde en apenas cuarto de hora habremos llegado al punto panorámico.

Vista de la presa de Aldeadávila desde el mirador del "Picón de Felipe", más de 300 metros por encima del agua 
Otro lugar que recomendaría sería la cascada del pozo de los Humos, aunque de momento yo solo la haya visto en foto... esta cascada, cuyo pueblo más cercano es Masueco (Salamanca), muestra como no solo el Duero, sino todos sus afluentes participan en este cañón. En este caso el río Uces tiene una caída de unos 50 metros de altura que cuando viene con mucho caudal forma una neblilla que tiene a subir (de ahí su nombre). Por desgracia, cuando la visité (marzo 2012) veníamos de tener uno de los inviernos más secos que se recuerdan y de la cascada no había ni rastro. Puede ser buena idea preguntar antes de ir... se puede llegar en coche aunque los últimos kilómetros son por una pista forestal sin asfaltar.

Como lugar de interés para aficionados a la ingeniería, se puede aprovechar para visitar la presa más alta del país, la de Almendra (Salamanca), en el río Tormes, y cercana al pueblo homónimo, que con sus más de 200 metros de altura y su inmensa capacidad (el tercer embalse más grande de España) impresiona. Por supuesto, el cañón en el que está es grandioso, aunque apenas se llega a ver el agua una vez pasada la presa.

Puente de Requejo, entre Pino del Oro y Villadepera (ambas de Zamora)
No menos impresionante es el puente de Requejo, prácticamente el único puente que cruza el río en esta zona sin ayudarse de una presa. Se encuentra poco antes del punto en el que el Duero traza la frontera hispano-lusa, por lo que ambos lados son españoles (los pueblos de Pino del Oro y Villadepera, en la provincia de Zamora). Este puente, debido a la profundidad del río, ya empantanado, tiene sus pilares fuera del agua, en una estructura metálica que debió ser una proeza para la época, siendo como es de inicios del s. XX. Cuando lo crucé se estaba estudiando prohibir su paso para vehículos de gran tonelaje porque parece que están acelerando su deterioro.

A nivel cultural, se puede destacar el conjunto histórico-artístico de Fermoselle (Zamora), donde además se ubica una de las dos casas de información del parque natural, aprovechando el edificio de un antiguo convento (la otra está en la parte sur, en la torre del antiguo castillo de Sobradillo, Salamanca). También destacaría la posibilidad de pasar fácilmente a Miranda do Douro, población portuguesa, en la que además de disfrutar del exotismo, hasta cierto punto, de conocer un sitio del país vecino con características claramente portuguesas (antes de que se hiciera la presa, que actúa también como puente, no había comunicación con España), tendremos el encanto de su núcleo amurallado de casitas blancas y de piedra granítica, una catedral románica y las posibilidades comerciales típicas de una población portuguesa fronteriza con España. Esto es, toallas y derivados con buena relación/precio a los que se pueden sumar "antojos" como unas botellas de vino de Oporto, por ejemplo :)

Pequeña ermita de Miranda do Douro (Portugal)

¿QUÉ MÁS HACER EN LOS ARRIBES?


Aparte del senderismo o actividades propiamente turísticas o viajeras, hay una actividad que recomendaría especialmente por su singularidad, y por la perspectiva que ofrece del cañón: los cruceros por el río. La profundidad que tiene el Duero hace que sea perfectamente navegable siempre que no encontremos una presa en nuestro camino. Dos empresas, en dos tramos distintos del río, ofrecen paseos en barco. Yo lo he hecho con ambas y aquí dejo mis impresiones:
- "Corazón de las Arribes" (http://www.corazondelasarribes.com/) lo ofrece en Aldeadávila de la Ribera (Salamanca). El viaje dura 90 minutos y transcurre por la zona más escarpada del cañón, terminando junto a la presa del pueblo. En la ida se dan explicaciones de fauna, flora o etnografía de la zona (solo en castellano) y no se permite salir del barco, mientras que en la vuelta se permite salir a la terraza, pequeñita, a disfrutar mejor del paisaje y a sacar fotos si se desea. El comienzo y final de la ruta es en la "playa del rostro", una playa fluvial que permite ver una parte del cañón desde abajo incluso sin subir al barco, y que puede ser un buen lugar para pegarse un chapuzón en verano. El precio actual por persona es de 16€ que baja para grupos a 14,5€.
- "Europarques hispano-lusos" (http://www.europarques.com/europarques.html) se ofrece desde Miranda do Douro (Portugal). El viaje dura algo menos (1 hora) y se hace por una parte del cañón que siendo impresionante es algo menos escarpada que la del otro barco. A cambio ofrece al final una degustación de vino de Oporto y una pequeña exhibición de aves rapaces que completan, más o menos, los 90 minutos del otro crucero. El precio es el mismo, aunque esta empresa ofrece la posibilidad de hacer un viaje algo más largo por 20€ y bajarse del barco en el extremo más alejado de Miranda. Comparte con el otro crucero el tema de las explicaciones (también en portugués en este caso) y el viaje a la ida dentro del barco obligatoriamente y pudiendo salir a la vuelta, aunque en ambos casos los techos acristalados ayudan a disfrutar bien resguardados y a protegerse del frío y la lluvia.

Vista desde el crucero junto a la presa de Aldeadávila (Salamanca)
Y con todo esto os garantizo un inolvidable periplo por esta especie de fiordo ibérico lejos del mar :)

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