miércoles, 11 de agosto de 2010

Picos de Europa (II): Garganta del Cares

(Se recomienda haber leído el post anterior sobre el Parque Nacional previamente ^_^)

Y a aquí quería llegar yo, a la Garganta del Cares. Esta "Garganta Divina", con mayúscula, es a buen seguro la más espectacular de España y de la Península Ibérica, y una de las más espectaculares de Europa. En algunos momentos hay más de 1000 metros de diferencia de altura entre el río y lo alto de las montañas que la rodean, y esa diferencia de altura se produce de forma casi totalmente vertical. La ruta original empieza en Posada de Valdeón (León) y acaba en Poncebos (Asturias). No obstante, Caín (León), en la mitad del camino, suele tomarse como inicio o fin, puesto que el tramo entre Posada y Caín es accesible en coche y no es tan increíble (aunque es muy bonito, con rincones pintorecos como el "Mirador del Tombo", desde el que se aprecian algunas de las cumbres más altas del Parque). Cuando se habla de la Garganta, se suele referir a la mitad final de la ruta, entre Caín y Poncebos.

El acceso humano a la garganta durante toda la historia había sido casi imposible debido a la dificultad de la orografía, hasta que a un "iluminado" se le ocurrió aprovechar hidrológicamente la zona, algo bastante frecuente en todo el Parque, lleno de pequeñas presas. ¿Cómo hacer algo así? Se represa el agua en Caín, en el mismo pueblo, parte se deja caer por el cauce del río "normal", y parte se hace llevar por un canal excavado en la roca. Este canal, con un desnivel de un 0,1% se pasea por toda la Garganta, sus 11 kilómetros, para en Camarmeña, un pueblo junto a Poncebos pero subido a 300 metros más de altura, aprovechar el salto de agua para producir energía. Junto al canal, se decidió construir un sendero que ayudara a la propia construcción del canal y a su mantenimiento. Por ir paralelo al canal en muchos casos, el sendero se hizo prácticamente llano, y sólo en el tramo final, cuando hay que dejar el nivel del canal para bajar a Poncebos, se puede hablar de algo de pendiente. Los utensilios que se utilizaron fueron bastante precarios, los que existían en la zona a principios del siglo XX, cuando fue construído. Picos para hacer los túneles ayudados de algo de dinamita. El canal dio trabajo a mucha gente de la zona, aunque a un alto precio. Un letrero en la ruta recuerda que 11 personas perdieron la vida durante la construcción del canal en diversos accidentes, siendo en muchos casos personas que residían en los pueblos del Parque, especialmente el propio Caín.

Y es a esos trabajadores a los que debemos el poder disfrutar de forma sencilla de una de las sendas con más visitantes de toda España. Sacrificaron su esfuerzo y a veces su vida por una central hidroeléctrica que desconozco si es rentable (pero lo dudo mucho) y por hacer esta ruta para la que todas las palabras serán cortas, y la mejor de las fotos no le hará justicia.
Yo he tenido la oportunidad de hacerla dos veces, por suerte días entre semana (un miércoles y un viernes), porque por todas partes se dice que no se recomienda hacerla un fin de semana veraniego, por la cantidad de gente que lo hace. Puedo constatar que ambas veces que lo he hecho, me he encontrado con una cantidad notable de senderistas, comparable a pocos sitios de los demás en los que he tenido la oportunidad de andar. No me suele molestar el ver gente en un sitio de naturaleza, pero es posible que pierda encanto si se visita cuando hay mucha gente :) De la época del año, se recomienda hacerlo entre abril y octubre, ya que fuera de estos meses, aparte de que las condiciones meteorológicas no son las mejores (o directamente es de locos ir), son más probables los desprendimientos por la nieve y hielo de la parte alta de cañón, que lo convierten en peligroso.
Yo la he hecho en septiembre y junio, y me quedo sin duda con junio, porque había llovido o incluso nevado los días previos, y disfrutar de esta garganta con agua cayendo de todas partes en forma de cascadas, constituyó la cosa más bonita que he visto en cuanto a naturaleza en toda mi vida.
Al margen de eso, hay que tener MUCHO CUIDADO en todo momento, ya que han sido varios, los que en ésta y otras rutas de los Picos, se han caído por un barranco por cometer imprudencias, tales como hacer fotos y moverse para pillar la foto perfecta sin mirar donde se pisa. La montaña es de lo más maravilloso que tenemos en este mundo, pero hay que acercarse a ella con respeto y cuidado, porque puede resultar peligrosa.

¿Cómo hacer la ruta del Cares? Básicamente yo conozco dos formas de hacerla:

- En bus: El bus estándar de 50-55 plazas no puede pasar de Posada de Valdeón, ya que la carretera entre Posada de Valdeón y Caín es tan estrecha en algunos tramos que apenas entra un coche. El bus deja a la gente en Posada y los recoge en Poncebos. Vamos, se hace la ruta entera en sí, de 22 kilómetros, pero sencilla de hacer, cuya única dureza es la extensión. El desnivel es de 600 metros cuesta abajo (de 830 de Posada a poco más de 200 de Poncebos) y prácticamente no hay que subir ninguna cuesta.

- En coche: En este caso, uno puede ahorrarse la parte entre Posada y Caín, que aunque sea muy bonita, es un pelín mediocre al lado de la segunda mitad, la de la Garganta. No obstante, el mirador del Tombo, o el Chorco de los Lobos (una trampa de los pastores para atrapar a estos animales) son lugares muy interesantes para parar. Mucho ojo con la carretera, porque es de las más complejas que conozco. Tiene tramos de una anchura en la que apenas entra un coche, y aunque no tiene mucho tráfico, algún coche en sentido contrario te vas a cruzar... la gracia es saber dónde!
En estos tramos, si uno se encuentra un coche en sentido contrario, ha de tener paciencia... normalmente no hay que moverse mucho para encontrar un sitio por el que puedan pasar dos coches, aunque sea ocupando la cuneta. Al margen de eso, es una carretera de locos, con desniveles que pueden asustar, como el del 20% que hay cerquita del mirador del Tombo.
Una vez se llega a Caín, se aparca donde se pueda. El que esto escribe tuvo suerte de poder aparcar gratis, pero dependiendo de fechas, uno puede encontrarse con que no haya sitio físico para aparcar a excepción de los "parkings de pago". Entrecomillo esto, porque evidentemente no se trata de parkings subterráneos o similares a los de una ciudad, sino de simples fincas, con hierba, propiedad de algún vecino que cede a cambio de un dinerillo, para que dejes el coche.
Al acceder en coche, y si no se dispone de un piloto que quiera llevar el coche de Caín a Poncebos, hay que hacer la ruta dos veces, ida y vuelta. Otra solución para evitar esto es tener algún coleguilla que haga la ruta en sentido contrario, e hacer un intercambio de llaves cuando se encuentren. De todas formas, hacer esta ruta dos veces no es ningún suplicio, más bien al contrario. En ambas ocasiones que he ido, aproveché la ida para andar con calma y sacar todas las fotos que quise, y la vuelta para andar algo más rápido, mirar, admirar y disfrutar del paisaje.
Si uno quiere tenerlo más fácil para aparcar y para comer, o si le viene mejor dejar el coche en Poncebos, en sentido contrario la ruta puede ser aún mejor, porque la única zona de subida más dura se hace nada más empezar (que se supone que hará menos calor que después de comer), y porque se come en Caín, con más oferta para comer que Poncebos, un pueblo literalmente con 4 casas y 2-3 restaurantes para elegir.

¿Algo más que añadir? Que, como todo Picos, la Ruta del Cares para muchos es solamente asturiana. Si bien es cierto que Asturias aloja parte o la totalidad de muchos de los lugares más famosos del Parque Nacional (Covadonga y sus lagos, el Naranjo de Bulnes o la ruta del Cares), en superficie León supera por muy poquito a Asturias en cuanto a extensión total en el Parque (sin olvidar el 20% cántabro). En la Ruta del Cares pasa igual. Si se contabiliza desde Posada hasta Poncebos, es más leonesa que asturiana, y si sólo se mira a la Garganta, tiene más recorrido en Asturias que en León, pero los leoneses se enorgullecen de tener el tramo más bonito, por ser el más afilado y por tener los dos únicos puentes del recorrido, literalmente suspendidos en la garganta, y que sobrecogen a todo el que los cruza.
Esto es algo anecdótico, porque León y Asturias son dos territorios amigos, y porque, como dije, las líneas que separan este mismo territorio en 3 regiones no son más que una separación artificial hecha por los humanos, de la que no entiende el mundo natural.

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