sábado, 25 de enero de 2014

REBELDE CAPITAL IMPERIAL: FEZ (I)

Dicen que Marruecos es un país que no se visita, "se vive", y desde luego que de las ciudades marroquíes que conozco, Fez, junto a Marrakech, es la ciudad a la que más aplica semejante frase. Y es que difícilmente se puede encontrar un lugar tan cercano a España como esta ciudad marroquí, tercera en tamaño del país, y al mismo tiempo tener ese "dépaysement" brutal... (nótese que "dépaysement" es una palabra francesa, sin traducción natural al castellano, que se refiere a la sensación de desubicación o desconcierto que sacude a un viajero cuando se encuentra en un lugar que le es extraño por sus costumbres, paisajes, edificios, personas, etc. ya que son muy distintos a su lugar de origen). Y es que aunque históricamente el norte de África, especialmente Marruecos, y España, hayan tenido una historia común durante más de 700 años, los 500 años posteriores en los que cada país se ha desarrollado por su lado han hecho de ellos dos mundos muy distantes en casi todos los aspectos. Los 14 kilómetros del estrecho de Gibraltar son una barrera que marca una frontera contundente, hasta el punto de que yo, por ejemplo, diría que siento tener más cosas en común con un turco, a mucha mayor distancia de España y sin historia en común, que con un marroquí. Y ni siquiera el reciente protectorado de España y Francia en el país africano (1912-1956) ha logrado mitigar apenas esas diferencias.

Puerta de Bab Bou Jeloud, principal acceso a la medina, con el minarete de la madraza Bou Inania bajo su arco principal
Dentro de ese otro mundo, Fez además quizá sea la ciudad más compleja, la más árabe y la más marroquí del país. ¿Por qué? Por haber sido la capital del territorio con diferentes dinastías durante más tiempo que ninguna otra ciudad del país, y más aún por el legado que esta capitalidad imperial ha dejado en la ciudad. Y merece el apelativo de "rebelde" por un lado por no ser sencilla para el viajero y por otro porque su personalidad y la de sus habitantes es así; las primeras reivindicaciones independentistas en Marruecos se dieron allí, así como otras protestas que acabaron influyendo en el resto del país, y se la conoce por ser la más culta e intelectual de las ciudades marroquíes, tanto que para alguien de Fez el ser de allí es una virtud por sí misma...

Además, Fez nos ofrece la mayor medina de Marruecos. "Medina" es la traducción al árabe de "ciudad", palabra frecuente en la geografía española, pero que hoy en Marruecos utilizamos para referirnos al casco antiguo de las ciudades magrebíes, que eran prácticamente la única ordenación urbana existente en Marruecos hasta la llegada de las potencias coloniales europeas. Estas medinas se caracterizaron por sus numerosísimas calles estrechas, que normalmente ni el mejor de los planos puede mostrar en su totalidad. La consecuencia para el viajero es clara: te vas a perder. Según lo bien que te orientes con el mapa que tengas (que incluirá poco más aparte de las calles principales) lo harás mucho o poco, pero lo que es seguro es que te perderás. Y hay que aceptarlo así, disfrutar de las ventajas de estar perdido (hasta que uno se canse, claro), y quizá en algún caso pedir ayuda, aunque voy adelantando que los "fassis" (habitantes de Fez) no siempre ayudan, así que por desgracia no hay que fiarse de cualquiera.

La medina de Fez es gigantesca, inabarcable, de cuyo tamaño hablan estos datos: 16 kilómetros cuadrados de casco antiguo urbano, en el que se agolpan 9400 calles, callejuelas, callejones, en los que en muchos casos se pueden tocar ambas paredes extendiendo los brazos, y en los que viven aún 150.000 personas aproximadamente; es decir, tanta población como en la ciudad de León. Algunos lo consideran la mayor zona peatonal urbana del mundo, si bien esto lo veo inexacto porque hay alguna zona de la medina a la que se puede acceder en coche (cuatro contadas, eso sí). Está totalmente amurallada, cuando no doblemente amurallada, y ha sido declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Es más, la UNESCO, visto su gran valor y su avanzado estado de deterioro, inició un programa de rehabilitación de la medina, que recuperó, entre otros, un espléndido caravasar (hostal de caravanas).



PELIGROS Y ADVERTENCIAS



La Lonely Planet titula así su sección "negativa" para el viajero a la hora de hablar de una ciudad. Yo nunca la había incluido en mis más de 80 posts anteriores, pero aquí hay que hacerlo.

Entrada a la mezquita Karaouine, la más grande de Fez, con una trabajada entrada
Fez ha tenido mala reputación para el viajero por sus falsos guías. Esto es, personas sin titulación ni necesariamente las mejores intenciones, que se presentan al viajero como grandes conocedores de la medina. Te dicen que sin su ayuda te perderás, e incluso pueden decirte que es peligroso caminar sin un "fassi" que te lleve. Pueden resultar un tanto cómicos (uno se nos presentó a nosotros como el "google maps" de la medina :D ), pero como te vean indeciso pueden ser muy numerosos y sobre todo demasiado insistentes; si decides coger los servicios de uno de ellos no es que vaya a correr peligro tu vida, pero es probable que arruinen tu visita de Fez porque la veas menos, peor y gastando más dinero que sin su "ayuda". En los últimos años, el país ha emprendido una lucha contra ellos y hacer ese trabajo "furtivo" les puede costar hasta pequeñas penas de cárcel. Pero el alto paro y los buenos ingresos que los turistan reportan hacen que para algunos siga mereciendo la pena correr el riesgo. Cada uno que haga lo que quiera, pero yo no lo recomendaría en ningún caso... si se cree necesario usar guía mejor coger uno oficial, aunque sea más caro, y sino siempre queda la opción de pedir ayuda a algún niño o comerciante en caso de que uno se pierda. Los niños carecen de la maldad de querer aprovecharse de la situación, y los comerciantes no van a dejar su negocio por llevarte, por lo que no tienen mayor interés en dar indicaciones falsas.

Al margen de los falsos guías, una picardía un tanto "extrema" reina entre algunos habitantes de la ciudad. A la hora de comer, uno se puede encontrar en la medina jóvenes que insistirán en recomendar algún restaurante no precisamente barato (si les sigues, has de saber que se llevarán una comisión del restaurante que tú pagarás en tu cuenta), y especialmente en Fez-el-Jedid (barrio extramuros de la medina, pero casi igual de laberíntico) nos encontramos con unas cuantas personas que nos daban indicaciones falsas para llegar al barrio judío o a su sinagoga, con la intención, me imagino, de llevarnos a la tienda de un amigo suyo, o de hacer que nos perdiéramos y así necesitar su ayuda como guías. Yo me sentí ofendido por ver que nos ofrecían insistentemente una ayuda que no necesitaba y que además informaban mal adrede, pero por desgracia esto es algo que viene incluido con la belleza de Fez.

Por último, los caza-turistas en los restaurantes o los dueños de tiendas del zoco que casi casi bloquearán la calle para invitarte a entrar en su establecimiento están por doquier, pero en esa selva urbana estos son los más inofensivos. Con el primer "no" ya le dejan a uno tranquilo.

Y AUN ASÍ, ¿TE HA GUSTADO FEZ?


Detalle de la madraza el-Attarine, la más decorada de Fez
Pues sí, Fez es espectacular. Es probablemente uno de los lugares más medievales que jamás haya visto (para lo bueno y para lo malo), y tiene rincones de bella factura, tanto para ver por dentro como por fuera. Además, es una ciudad muy barata si uno se lo monta bien, y tiene un aura y un encanto que no se puede describir con palabras. Me gustó aun más Marrakech, pero situaría a Fez solo ligeramente por debajo en cuanto a interés.


¿CÓMO UBICARSE EN FEZ?


Para empezar, decir que Fez son tres ciudades en una: Fez-el-Bali, o lo que es lo mismo, la inmensa medina, se ubica en el extremo este de la actual Fez. Fez-el-Jedid, aunque signifique "Fez la nueva", está en el centro y es la villa imperial que la dinastía benimarí se construyó a finales del s.XIII. Y la "Ville Nouvelle" (Ciudad Nueva, en francés), al oeste, es la parte proyectada durante el protectorado francés, con un aspecto que se asemeja al ensanche de una ciudad europea. Los puntos de interés se encuentran de forma exclusiva en las dos primeras zonas, aunque los hoteles de estilo europeo, o los nexos de comunicación (estación de tren o de grand taxis) se ubican mayormente en la Ville Nouvelle, por lo que casi todos acabamos pasando por allí también.

¿QUÉ VISITAR EN FEZ? EN LA MEDINA


¿Por dónde empezar? Pues nosotros empezamos por una de las fotos más típicas de Fez: sus curtidores. Situados en el extremo este de la medina, su ubicación no fue elegida al azar... se procuró colocarlos en una zona no tan llena de viviendas ya que su trabajo... ¡apesta! Sí, los curtidores de Marruecos desempeñan su oficio de forma muy similar a cómo lo hacían sus ancestros en el medievo, lo cual significa usar compuestos tan desagradables como heces de paloma y orina de otros animales. A cambio he de confesar que fabrican auténticas joyas y presumen de hacerlo sin ayuda de químicos como suelen llevar las prendas de vestir que usamos nosotros a diario.
Quizá por ir en pleno invierno yo no noté un olor tan espantoso como la mayoría dice haber sufrido, pero no obstante los guías prestan unas ramitas de menta que ayudan a mitigar el mal olor. En la curtiduría más grande de Fez varias terrazas permiten sacar coloridas fotos a las pozas mientras los empleados siguen trabajando aparentemente ajenos a las fotos que todos sacamos de sus traseros :) Como es natural, los guías intentan aprovechar la visita para vender algo, aunque si no se desea comprar con una pequeña propina se quedan contentos. Si se quiere comprar, el regateo es imprescindible.

El barrio de los curtidores de Fez, con las pieles secándose al sol y las cubetas con diferentes mejunjes apestosos :)
Por desgracia, a día de hoy se mantiene la prohibición a los no musulmanes de visitar mezquitas y lugares santos (con contadas excepciones en el país y ninguna en Fez), medida que considero absurda en la actualidad y que se remonta al protectorado francés, pensada para evitar conflictos entre comunidades. Y si bien en Marrakech o Casablanca esta prohibición no me importó apenas, en Fez sí me pareció que me estaba perdiendo auténticas maravillas arquitectónicas, ya que lo que vi desde la entrada en ocasiones tenía una pinta excelente. No obstante, recomiendo visitar, aunque nos quedemos en la puerta, las mezquitas más destacadas de la ciudad, como son la Karaouine, en el centro geográfico de la medina, o el mausoleo de Mulay Idrís, muy cerquita. La mezquita andalusí, en el barrio homónimo, ocuparía el tercer lugar, con una bonita puerta. Además, los minaretes verdes de muchas de ellas suelen ser hermosos, y para quien no esté acostumbrado, sus llamadas al rezo no dejan indiferente.

Aunque hay que decir que se compensa la prohibición de visitar mezquitas con el permiso para visitar otra institución básica del Islam: las "madrazas" o "medersas", que es como se llama a las escuelas coránicas. Esta institución es algo así como la versión mora de un college inglés, porque integra la escuela y los dormitorios de los estudiantes en un solo edificio, e incluso en algún caso también disponen de mezquita. Fez es la ciudad marroquí que dispone de más ejemplares de estos históricos edificios, también estructurados en torno a un patio, aunque su grado de conservación es desigual. En el momento de escribir estas líneas, las madrazas Bou Inania y el-Attarine son las mejor conservadas, y son igualmente espectaculares por la belleza de su decoración, con yeserías con caligrafía árabe, puertas de madera labradas o azulejos preciosos. La primera es la más grande y dispone de su propia mezquita y minarete, que aunque no permiten el paso a los no musulmanes, se ven perfectamente desde el patio. Y la segunda, más pequeña, dispone incluso de más detalles de decoración. Si no se dispone de tiempo para visitar ambas, recomiendo ver al menos una. Eso sí, pueden resultar algo difíciles de encontrar para el viajero independiente, así que si no las veis por vosotros mismos, preguntad a alguna persona (preferiblemente artesanos y niños, como dije antes).

Madraza de Bou Inania, con minarete y mezquita incluidos
Mientras se buscan estos lugares, el viajero reparará en otro lugar de interés en sí mismo, que es el propio zoco o mercado permanente que ocupa, a ojo, un tercio de la medina. Como se hacía en España en la Edad Media (de lo que solo nos queda la huella de los nombres de algunas calles), en Marruecos los puestos del zoco se colocan por gremios de tal modo que todos los plateros tienen sus puestos en una calle, mientras que los puestos de especias, verdura o de venta de calzado tienen también delimitadas sus zonas. Este inmenso zoco ocupa algunas de las calles principales de la medina, a menudo cubiertas con unas precarias techumbres que no consiguen dar el aspecto de un mercado cubierto como tienen otros países musulmanes como Turquía. Perderse por estas calles y ver a los artesanos trabajando es una más de las actividades que se esperan de una visita a Marruecos. Nótese que en la medina de Fez, por su tamaño y a falta de tráfico rodado, ni siquiera de motos como en Marrakech, se suministra mercancía al zoco o se recoge la basura con burros... ¿os había dicho que esto es otro mundo?

Por último, acabo la visita a la medina hablando de sus imponentes murallas, que la abrazan totalmente, y sus puertas. Sobre las primeras, dar un paseo junto a ellas es una buena forma de admirarlas, y existen miradores extramuros interesantes (hablaré de ellos en otro post sobre Fez). De entre las últimas, algunas destacables son las de la plaza Rcif, y especialmente la Bab Bou Jeloud. Esta puerta, aunque reciente (data de 1913), se ha convertido en un símbolo de Fez por ser el principal acceso a la medina y por ser una de las fotos más típicas de la ciudad. No es difícil encontrar el ángulo que nos permite sacarla completa mientras dos minaretes (uno de ellos el de la madraza Bou Inania) aparecen en el arco que dibuja. Además, junto a ella se ubica la principal zona de restaurantes de la medina, a precios populares (menús a 5-10 euros).

Seguiré con Fez-el-Jedid y con una sección dedicada a los museos en una próxima entrada.

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