sábado, 22 de octubre de 2011

La magia del Danubio está en BUDAPEST (I)

Bastión de los Pescadores
Cuando yo nací (para los que no lo sepan, en 1984), Europa estaba dividida. Hoy día podemos pensar que seguimos divididos de muchas maneras, por ejemplo entre la Europa de la UE y la que no pertenece a ella, o entre la del euro y la de otras monedas, o entre la próspera (o ya no tanto) Europa Occidental y la más pobre de otros países también europeos como los del sureste... pero lo de hace más de 20 años era una división mucho más evidente: La Europa comunista y la capitalista.

En aquella época viajar por Europa era posible, pero mucho más limitado (aparte de caro). El telón de acero suponía una barrera difícil de superar tanto para unos como para otros. Berlín incluso tenía un muro para evitar esos movimientos.

Por suerte, todo esto fue cayendo a finales de los 80 y sobre todo a principio de los 90, y hoy esa división no existe. Las consecuencias de aquella transformación las estamos viendo hoy: alrededor de una decena de países del antiguo bloque comunista está ya en la UE, y alguno incluso ya tiene el euro. Algunos más luchan por ingresar. Sus economías están a la cola de la UE, pero suben a buen ritmo y las diferencias con Europa Occidental ya no son las de antes... aunque yo aquí me quiero fijar en otra consecuencia que a mí me interesa mucho, y es que esto ha posibilitado el libre movimiento de gente entre Europa Occidental y Oriental.

No sé si el motivo es el exotismo de aquellas tierras, europeas pero muy diferentes a España, si es porque son más asequibles para el bolsillo, o simplemente porque desde el principio esos lugares me gustaron (mi primer viaje al extranjero fue a Rumanía, en 2001, y fue toda una experiencia), pero soy un apasionado de esa vieja Europa Oriental que estuvo bajo el comunismo, de esa Europa muchas veces desconocida por los que estamos más al occidente, y que está empezando a despertar, a desarrollarse, y a recibir el turismo que se merece, porque allí hay mucho que conocer.

Y aunque no es la ciudad que mejor cumple los "clichés" de Europa Oriental que quería presentar... hecha esta reflexión, voy a hablar de Budapest, una de las ciudades más interesantes de toda la zona.

Puente de las Cadenas y palacio del castillo de Buda
Budapest es la capital de Hungría. Este pequeño país, de parecido tamaño a Portugal y más pequeño que la región española de Castilla y León, es más "centroeuropeo" que de Europa Oriental, y no solo en el sentido geográfico. Teniendo como vecinos a países tan dispares como Austria, Serbia o Ucrania, Hungría representa en muchos aspectos un tránsito entre países como los que acabo de citar, aunque con una marcada personalidad propia.
Y digo esto porque en otros aspectos, Hungría bien parece una isla... por ejemplo, porque es uno de los pocos países de la zona que no habla una lengua eslava, ni tampoco germana. El idioma húngaro tiene un origen incierto (se le suele comparar con el vasco), que le asemeja, aunque solo ligeramente, a los idiomas finés y estonio, hablados en países que no son precisamente vecinos de Hungría... los que hayáis estado por allí sabréis de lo que hablo, los que no, os diré que es un idioma que si lo llamas "el idioma del demonio" delante de húngaros, no se van a enfadar... más bien van a reírse o incluso admitir que de algún modo es verdad. Aunque esto no quita (más bien al revés) para que los húngaros sean muy buenos hablando idiomas... la gente de mi edad que conocí por allí sabía al menos inglés (y muy bien) y un tercer idioma, que para nuestra fortuna, en bastantes ocasiones era el español (junto a francés, italiano, o alemán...).

Budapest es una de las ciudades más interesantes de Europa, y una de las capitales del nuevo turismo de la Europa post-comunista. Praga quizá goce de más fama, pero Budapest va despertando y cada año que pasa es más popular que el anterior (lo cual por desgracia se nota en los precios), empezando ya a alcanzar las cotas de celebridad que merece. Presume de estar en "el corazón de Europa", algo en lo que no les falta razón, y para comprobarlo solo hay que coger un mapa europeo y ver la ubicación de la ciudad. Tiene alrededor de 1.800.000 habitantes (muy similar a Barcelona), y es la ciudad más importante a todos los niveles de Hungría. Para que os hagáis una idea del significado de esta ciudad para el país, solo citaré el dato de que Debrecen, la segunda mayor ciudad de Hungría, supera por poco los 200.000 habitantes...

Vista de la ciudad desde el bastión de los pescaderos, con el parlamento presidiendo
Una de las primeras cosas que llaman la atención en Budapest es su río. El Danubio, no tan azul como dicen los tópicos, es parte indispensable en la ciudad, hasta el punto de que no es posible imaginarla sin él. Ha tenido una importancia capital en la configuración de la ciudad, a la que divide en dos. ¿Divide o une? Por las dimensiones del río, ha llegado hace relativamente poco tiempo la construcción del primer puente que unió las dos orillas (1849), y antaño realmente el río dividía a la ciudad en dos poblaciones distintas: Buda y Pest. Ese puente, llamado el "Puente de las Cadenas", también es el más bonito de la ciudad y hoy es uno de los monumentos más fotografiados de la misma. Su importancia fue capital a la hora de "fusionar" las dos ciudades que estaban a cada lado del río, Buda y Pest, en una sola (más Óbuda, pequeña población con ruinas romanas en la orilla de Buda pero más al norte), lo cual explica el nombre actual.

Buda y Pest, después de más de un siglo unidas, no han perdido en absoluto su personalidad, y siguen siendo muy distintas todavía hoy. Buda está llena de colinas, mientras que Pest, mucho más llana, ha sido la que se ha sacrificado para acoger el crecimiento que ha vivido la ciudad. Es por esto que Buda se ha humanizado menos, está más arbolada y es sensiblemente más cara para vivir. Pest, a cambio, está mejor comunicada por transporte público, y acoge a la inmensa mayoría de la población.

Baños termales Szechenyi
CLIMA EN BUDAPEST:

Inauguro con este post una sección que puede resultar interesante, sobre el clima que tiene la ciudad y cuándo puede ser más interesante visitarla.

El clima de Budapest es bastante continental, dado que es la capital de un país sin salida al mar, y que de hecho la ciudad está ubicada a unos 500 kilómetros de la costa más cercana, que sería la del noroeste de Croacia. Esto provoca que se aprecie un clima templado, como en la mayor parte del continente europeo, pero algo más extremo que en otros lugares más cercanos al mar: el invierno puede ser bastante frío, con nevadas en algunos casos bastante importantes, mientras que el verano suele ser seco y muy caluroso. Por poner una comparación cercana, podríamos compararlo con Madrid, también lejos del mar, y el hecho de estar más al norte se ve compensado con el hecho de estar a menos altura que la capital de España. La primavera y el otoño, con temperaturas más agradables, son las épocas que suelen concentrar las precipitaciones.

Y para no hacer interminable el post, hablaré de las mayores atracciones de la ciudad en una segunda parte que publicaré muy pronto.

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