Cuando me encapriché de escribir una entrada sobre Bélgica podría haberlo hecho de cualquiera de sus cuatro ciudades turísticas por excelencia, que he tenido la suerte de visitar: Bruselas, Brujas, Gante y Amberes... pero como he querido enfocar el blog a sitios alternativos (aunque realmente acabo escribiendo sobre lo que me da la gana, no me pongo normas) y porque simplemente me apetece, escribiré sobre la que yo pondría como la quinta ciudad más interesante de Bélgica: Lovaina. Algún día escribiré sobre las demás.
Lovaina (Leuven en flamenco y holandés, Louvain en francés, y en inglés en cualquiera de las dos) es una pequeña ciudad de Flandes, con unos 100.000 habitantes, ubicada a tan solo 25 kilómetros de Bruselas yendo hacia el este. Es la capital de la provincia del Brabante Flamenco, que rodea Bruselas y que es una parte de la antigua provincia de Brabante, dividida en dos de acuerdo con las dos comunidades lingüísticas de Bélgica: la valona, de habla francesa, y la flamenca.
Esta ciudad vive por y para su universidad, que presume de ser la universidad católica más antigua de Europa, fundada en 1425. Con más de 25.000 personas viviendo en la ciudad por ella, entre estudiantes, profesores, investigadores y colaboradores, no sorprende el ambiente juvenil que se respira en Lovaina. Y eso que no toda la universidad está allí... los conflictos entre la comunidad de habla flamenca y la de habla francesa provocaron que se creara un nuevo campus en la ciudad de "Lovaina la Nueva", creada a propósito para la universidad, a pocos kilómetros al sur, ya en tierra de habla francesa, en 1968. Tanto este hecho, como la división del Brabante de la que hablé antes, muestran la tensión actual en una Bélgica dividida en dos mitades casi iguales en tamaño y población, con dos idiomas muy distintos y con claros deseos (especialmente en Flandes a día de hoy) de escisión, con una capital oficialmente bilingüe que a duras penas puede mantener la cohesión.
Volviendo a Lovaina, bien podemos comenzar la visita por la universidad, cuyo edificio más destacable es la biblioteca, destruida durante ambas guerras mundiales (especialmente la primera) pero reconstruida tras ambas contiendas con el dinero aportado por los aliados y el exigido a los alemanes como compensación. Hoy la biblioteca se ubica en una enorme plaza en la que me llamó la atención la peculiar escultura de una mosca atravesada por un alfiler...
Pero el edificio más singular y espectacular de Lovaina es su ayuntamiento. Esta maravilla, toda una "filigrana en piedra", tiene un claro aire flamenco y fue construida en estilo gótico de Brabante, en la segunda mitad del siglo XV. Puede ser visitada por dentro, y la visita se ofrece en varios idiomas.
La plaza en la que se ubica difícilmente puede ser más monumental, ya que aparte de un conjunto de edificios flamencos, tiene al otro lado la iglesia de san Pedro, de la misma época. Este edificio, más austero en decoración que el ayuntamiento, también merece una visita por dentro, para ver el delicado arco gótico que separa el coro del resto de la nave central.
El arquitecto del ayuntamiento, Mathieu de Layens, también tuvo tiempo para dejar su huella en otro edificio de la plaza, el Tafelrond (que significa "mesa redonda"), ubicado junto al ayuntamiento, a mano izquierda. Hoy es la sede de un banco.
Apenas nos tenemos que desplazar unas decenas de metros para llegar a la que algunos denominan "la barra de bar más grande del mundo". La plaza Oude, es famosa por su multitud de bares y restaurantes, que pueblan los bajos de una plaza ya hermosa de por sí, homogénea por sus edificios históricos de estilo flamenco. Ni que decir tiene que esta plaza es muy frecuentada por los universitarios de la ciudad y un lugar ideal para disfrutar de una terraza en la época veraniega.
Lovaina tiene un pequeño "beginhjof", traducido al español como "beguinaje", al sur del centro de la ciudad. Un beguinaje es una especie de monasterio al estilo de Flandes; allí en lugar de tener un gran edificio completo (monasterio) las monjas se hicieron construir viviendas separadas estructuradas en torno a un patio central, normalmente con césped, a veces un pequeño estanque, canales etc. de tal modo que constituían pequeños conjuntos cerrados dentro de las ciudades... una especie de pueblecito dentro del casco antiguo de la ciudad.
Existen beguinajes en Flandes y en los Países Bajos. El beguinaje más conocido probablemente sea el de Brujas, aunque el de Lovaina es probablemente de los más destacables del país, recorrido por sus canales y que se puede patear sin apenas turistas. Ambos, junto a otros 11 ubicados en el resto de Flandes, son patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Las viviendas, de los siglos XV al XVIII, hoy se utilizan como alojamiento para universitarios.
Algo más alejado del centro de la ciudad, pero perfectamente accesible a pie, se encuentra el vasto territorio del castillo de Van Arenberg, de estilo gótico-renacentista. Sus más de 100 hectáreas sirven como lugar de esparcimiento, y el inmueble en la actualidad se utiliza como una más de las dependencias de la universidad.
Las pequeñas distancias entre ciudades existentes en Bélgica hacen que Lovaina sea perfectamente visitable sin necesidad de dormir allí. No lo digo porque no tenga oferta de alojamiento, sino por hablar de esa posibilidad, más fácil aquí que en casi cualquier otro país; por haber dormido en casa de un amigo, no puedo hablar ni bien ni mal de ningún alojamiento en la población.
Lovaina se encuentra a apenas 25 kms. de Bruselas, y numerosos trenes la unen con la capital belga. También tiene buena conexión ferroviaria con Malinas, la capital religiosa del país (a otros 25 kms.) y con Amberes, la capital portuaria belga (uno 50 kms.). Un día es suficiente para disfrutarla dignamente.
Para moverse con los trenes belgas, el billete "go pass" puede ser una excelente opción. Es un billete multipersonal que permite coger 10 trenes cualquiera (a excepción de alta velocidad) entre dos ciudades belgas, a precios populares (en 2010 ese billete costó 50€ para menores de 26 años y algo más de 70€ para el resto). Yo lo usé y lo recomiendo: más información aquí.
La plaza en la que se ubica difícilmente puede ser más monumental, ya que aparte de un conjunto de edificios flamencos, tiene al otro lado la iglesia de san Pedro, de la misma época. Este edificio, más austero en decoración que el ayuntamiento, también merece una visita por dentro, para ver el delicado arco gótico que separa el coro del resto de la nave central.
Tafelrond, otro de los edificios de la plaza del ayuntamiento |
Apenas nos tenemos que desplazar unas decenas de metros para llegar a la que algunos denominan "la barra de bar más grande del mundo". La plaza Oude, es famosa por su multitud de bares y restaurantes, que pueblan los bajos de una plaza ya hermosa de por sí, homogénea por sus edificios históricos de estilo flamenco. Ni que decir tiene que esta plaza es muy frecuentada por los universitarios de la ciudad y un lugar ideal para disfrutar de una terraza en la época veraniega.
Lovaina tiene un pequeño "beginhjof", traducido al español como "beguinaje", al sur del centro de la ciudad. Un beguinaje es una especie de monasterio al estilo de Flandes; allí en lugar de tener un gran edificio completo (monasterio) las monjas se hicieron construir viviendas separadas estructuradas en torno a un patio central, normalmente con césped, a veces un pequeño estanque, canales etc. de tal modo que constituían pequeños conjuntos cerrados dentro de las ciudades... una especie de pueblecito dentro del casco antiguo de la ciudad.
Existen beguinajes en Flandes y en los Países Bajos. El beguinaje más conocido probablemente sea el de Brujas, aunque el de Lovaina es probablemente de los más destacables del país, recorrido por sus canales y que se puede patear sin apenas turistas. Ambos, junto a otros 11 ubicados en el resto de Flandes, son patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Las viviendas, de los siglos XV al XVIII, hoy se utilizan como alojamiento para universitarios.
Edificios de la plaza Oude, considerada por algunos "la barra de bar más larga del mundo" |
CÓMO LLEGAR
Las pequeñas distancias entre ciudades existentes en Bélgica hacen que Lovaina sea perfectamente visitable sin necesidad de dormir allí. No lo digo porque no tenga oferta de alojamiento, sino por hablar de esa posibilidad, más fácil aquí que en casi cualquier otro país; por haber dormido en casa de un amigo, no puedo hablar ni bien ni mal de ningún alojamiento en la población.
Lovaina se encuentra a apenas 25 kms. de Bruselas, y numerosos trenes la unen con la capital belga. También tiene buena conexión ferroviaria con Malinas, la capital religiosa del país (a otros 25 kms.) y con Amberes, la capital portuaria belga (uno 50 kms.). Un día es suficiente para disfrutarla dignamente.
Para moverse con los trenes belgas, el billete "go pass" puede ser una excelente opción. Es un billete multipersonal que permite coger 10 trenes cualquiera (a excepción de alta velocidad) entre dos ciudades belgas, a precios populares (en 2010 ese billete costó 50€ para menores de 26 años y algo más de 70€ para el resto). Yo lo usé y lo recomiendo: más información aquí.
Castillo de Van Arenberg, que hoy forma parte de la universidad |
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