miércoles, 25 de marzo de 2015

SERGIEV POSAD, el monasterio "rural" del anillo de oro

EL ANILLO DE ORO


Antes incluso de que se fundara Moscú (1147), el corazón de Rusia fue lo que hoy son una cuadrilla de pueblos y pequeñas ciudades ubicadas al noreste de la actual capital rusa, a poca distancia de ella si lo comparamos con la inmensidad del país más grande del mundo a día de hoy. Sergiev Posad, el pueblo que os traigo hoy, es uno de los más cercanos, a unos 80 kms. Suzdal, a unos 200 kms. es otro de los pueblos del anillo de oro, del que ya os hablé por ser el lugar en el que me pilló el famoso gol de Iniesta en Sudáfrica. Aparte de estos dos, otras poblaciones que integran el anillo de oro son Vladimir, Yaroslavl, Ivanovo, Kostroma, Rostov Veliky... seguramente no os suenen en absoluto, pero acumulan entre ellas tres declaraciones de patrimonio de la humanidad (una para Sergiev Posad, otra para Yaroslavl y la tercera compartida entre Vladimir y Suzdal) y representan probablemente la mayor densidad monumental del país más allá de sus "tres capitales": Moscú, San Petersburgo y Kazán.

Fuente sagrada y dos de los edificios del monasterio
La principal seña de identidad de esta zona es la abundancia de "kremlins" (ciudadelas amuralladas dentro de las cuales se ubican los edificios más importantes de una población) y de monumentos religiosos, dentro o fuera de ellos, algunos con cerca de 1.000 años de antigüedad, característicos por sus cúpulas con forma de cebolla. La actual iglesia ortodoxa rusa empezó a hacerse fuerte precisamente en esta zona, hace nueve siglos.


VIAJAR A SERGIEV POSAD DESDE MOSCÚ



Viajar a Sergiev Posad, aunque solo lleve poco más de una hora desde la estación de tren "Yaroslavski" de Moscú, es viajar a la Rusia mayoritaria, la Rusia rural, poco poblada, ajena a las grandes ciudades. No creo que sea comparable a ir a la parte asiática del país, pero si supone un ambiente muy distinto del moscovita. 

Vista del conjunto, con las murallas en primer término
El viaje en tren se hace desde los andenes dedicados al transporte de cercanías. Éstos son los recuerdos que tengo del trayecto en tren hasta Sergiev Posad:
- en las estaciones de tren moscovitas hay dos hileras de andenes. Una para grandes distancias y otra para cercanías (y yo me pregunté, ¿y qué es "cercanías" en un país con 12.000 kms. de punta a punta?). Ambas tienen la misma numeración y es el viajero el que debe saber si le anuncian un tren en el andén 7 si es el andén 7 de grandes distancias o el de cercanías. En este caso era cercanías. Esta ambigüedad provocó que perdiéramos el tren a Vladimir en nuestro regreso a Moscú. 200 kms. en Rusia es cercanías, por cierto.
- En aquel momento (junio de 2010) se permitía fumar en los trenes rusos. No en el vagón en sí, pero sí en los pasillos junto a las puertas de entrada al vagón. Una puerta separaba ambos cubículos pero, como es natural, acababa entrando humo. Fue un viaje al pasado que he vivido en varias ocasiones viajando a Europa Oriental.
- Fue la primera vez que vimos un cigarrillo electrónico. Su uso se permitía por todas partes, incluido dentro del vagón en sí; en esto España creo que era igual en la época.
- Cada 10 minutos pasaba una persona con un carro intentando vender golosinas, snacks o revistas, entre otros. Las mismas personas tuvieron tiempo de pasar varias veces en un trayecto de solo hora y cuarto. No sé si esa venta ambulante dentro del tren tenía algún tipo de regulación, pero lo dudo. Fue un poco "cansino".

Cruce de calles en Sergiev Posad, con cierto aspecto rural. Al fondo una de las torres del monasterio


SERGIEV POSAD, CAMINANDO DE LA ESTACIÓN AL MONASTERIO



El monasterio está a unos 10 minutos a pie de la estación, y ese paseo permite cogerle el pulso a la población. Nos pareció una pequeña ciudad, casi casi un pueblo, aunque la wikipedia dice que supera los 100.000 habitantes. Es posible que durmiendo en Moscú nos pareciera pequeña casi cualquier otra población rusa, pero las casas bajas y los arbustos creciendo salvajemente por todas partes daban esa sensación.

La principal y única atracción de la ciudad es el monasterio, pero una visita en profundidad al mismo, más el viaje de ida y vuelta, más la parada para comer os tendrá entretenidos casi todo el día. Como curiosidad, los coches eran mucho más modestos que en Moscú, y nos hizo mucha gracia este Lada, modelo que se vende igual que en los 70-80, que se vendía nuevo así con el lacito incluido. Según nos explicó después un amigo ruso, Lada no es competitiva ya fuera de Rusia pero allí sigue siendo popular. Ese modelo vale unos 4.000€, no tiene prácticamente ninguno de los adelantos en comodidad y seguridad de la mayoría de coches de siglo XXI (véase ABS, airbag, dirección asistida, etc. ni hablar de cosas todavía más modernas) pero su competitivo precio hace que todavía las economías modestas rusas lo compren nuevo, a pesar de su diseño de otra época.

Un servidor junto al vetusto y a la vez nuevo Lada, con lazo y todo


MONASTERIO DE LA TRINIDAD y SAN SERGIO



Este monasterio, patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 1993, es un conjunto monacal ortodoxo, con murallas incluidas, típico de los siglos en que fue construido (XV-XVIII). Sigue en actividad, y de hecho no es difícil cruzarse con los sacerdotes ortodoxos yendo de un edificio a otro, reconocibles por sus largas y (normalmente) canosas barbas. Se considera uno de los centros de la iglesia ortodoxa rusa, y en sus paredes cuenta con un seminario. Lo integran no una sino varias iglesias, como suele pasar con los monasterios rusos, y una fuente sagrada (uno de los rincones más vistosos del conjunto), todo ello con los típicos colores alegres de la arquitectura rusa, y en el caso de las iglesias, con las características cúpulas encebolladas. El acceso era gratuito en 2010, si la memoria no me falla. El conjunto es realmente pintoresco, en un ambiente muy tranquilo excepto, por lo que leo en internet, en fin de semana, cuando devotos de Moscú visitan de forma algo más masiva el monasterio.

Vista típica del monasterio, desde un lugar a escasos metros de la entrada
En su interior se encuentra la tumba de Boris Godunov, un zar ruso de los s. XVI-XVII.

Para comer no recuerdo que la oferta de la ciudad fuera muy abundante. En la parte moderna de la misma, muy cercano a la estación de trenes, había un McDonald's, si no recuerdo mal con algún otro restaurante cercano. Pensamos que yendo a él conseguiríamos tener más posibilidades de que nos entendieran sin hablar ruso, y no tuvimos problemas (casi menos que en Moscú). No me enorgullece comer en esta cadena pero a veces es la mejor opción.

En resumen, con esta entrada os dejo claro cómo llegar y qué hacer en la que quizá sea la mejor excursión de un día desde Moscú.

Detalle de una de las iglesias del conjunto, delante de la cual se encuentra la fuente sagrada

No hay comentarios: