viernes, 29 de octubre de 2010

Cruce entre Oriente y Occidente: ESTAMBUL (II)

El anterior post sobre Estambul se quedó incompleto. Hablé de generalidades de la ciudad y con eso desbordé el blog... así que seguiré escribiendo sobre la misma ciudad

Su lista de monumentos es casi infinita. Buena parte de lo reseñable en la ciudad corresponde a la segunda mitad del s. XV y al s. XVI, los primeros años después de caer en manos otomanas, que sirvieron para construir preciosos edificios dignos de la capital otomana que fue. Algunos son muy conocidos:
- Mezquita azul: Llamada de "Sultanahmet", porque se dedicó a un sultán de nombre "Ahmet", es la mezquita más famosa de la ciudad. Es una de las pocas en el mundo con seis espigados minaretes. Es del s. XVI y su nombre popular se debe a la azulejería interior, en la que el azul es su color más característico.

Mezquita azul
- Palacio Topkapi: Incomensurable palacio con todo el encanto de Oriente. Durante siglos ha sido el palacio del dirigente del Imperio: el Sultán. Desde él gobernaba y en él tenía su "harem", lleno de mujeres que vivían por y para el sultán, algunas de ellas durante toda su vida. La belleza de esta "Alhambra a la otomana" es incomensurable, pasando por patios, estancias o el exótico harem, para el que hay que pagar extra. Una visita difícil de olvidar que merece la pena.

Harem del palacio de Topkapi
- Bazares: Dos bazares hacen las delicias de todos los que visitan Estambul: El pequeño y acogedor "Bazar de las Especias", junto a la Mezquita Nueva, dedicado principalmente (que no exclusivamente) a la venta de especias, y el "Gran Bazar", considerado uno de los mercados cubiertos más grandes del Mundo, donde puede encontrarse casi de todo. Los vendedores se agrupan por gremios o profesiones, y sus datos abruman: Tiene alrededor de 60 calles (sin mapa es muy fácil perderse) y 4.000 tiendas, 22 puertas, da trabajo a 20.000 personas y es visitado a diario por otras 300.000. Por supuesto, el regateo es obligatorio :)
- Mezquita de Suleymaniye: Bastante más desconocida que la azul, no se queda nada descolgada de ésta en cuanto a dimensiones y singularidad. Su arquitecto fue el más prestigioso arquitecto imperial otomano, Mimar Sinan, que diseñó numerosas mezquitas por todo Estambul y muchos otros lugares del Imperio Otomano. Se erige en una colina de la ciudad, como presidiéndola.
Y como éstas, aunque algo más pequeñas, hay muchas más mezquitas dispersas por la ciudad. Los azulejos que las recubren, y la belleza de sus minbares y mihrabs hacen que merezca la pena entrar a cuantas más mejor. En Turquía, se permite entrar a los turistas no musulmanes a cualquier mezquita del país, y sólo se pide procurar no hacerlo durante las horas de rezo (cosa que ocurre 5 veces al día, cuyos horarios suelen estar marcados dentro de las mezquitas), y respetar la orden de quedarse descalzo y de no mostrar ni hombros ni piernas (para todos) más la de no mostrar el cabello en caso de ser mujer. Casi todas las mezquitas medianamente visitadas proporcionan faldas, bolsas de plástico o velos a los turistas más despitados que no tengan con qué taparse, aunque conviene llevarlo encima.

Pero los otomanos no arrasaron con todo lo que pillaron, y algunos de los más hermosos lugares del Estambul de hoy son previos a 1453, entre ellos uno de los edificios más emblemáticos del Mundo: Santa Sofía:

Cae la noche sobre Santa Sofía
- Santa Sofía: Uno de los edificios que más ha influido en la arquitectura universal, Santa Sofía es la culpable de esa "moda" en el mundo bizantino y posterior imperio otomano, de hacer muchos edificios religiosos con cúpulas y semicúpulas circulares presidiendo la parte superior de cualquier templo.. aunque parezca increíble, fue construida en sólo 5 años y es del s. VI, lo que me parece milagroso teniendo en cuenta las técnicas de la época... tuvieron que pasar más de 1.000 años para que alguien reivindicara en la zona que había conseguido superar el tamaño de su cúpula, y ni siquiera en ese momento fue cierto que se superara. Fue "el Vaticano" del mundo ortodoxo y, una vez invadida la ciudad, pasó a ser mezquita durante casi cinco siglos. En 1935, Atatürk decidió desacralizarla y convertirla en museo. Su visita, a día de hoy, ofrece una extraña mezcla entre Islam y Cristianismo, que yo sólo había vivido en la mezquita de Córdoba. Mosaicos ortodoxos, un mihrab puesto "contra natura" sobre un altar, caligrafía árabe en unos enormes medallones...
- Cisternas: Una gran ciudad como era la antigua Bizancio necesitó de grandes cantidades de agua. Ésta se almacenaba en las numerosas cisternas que se construyeron en el subsuelo de la ciudad. Abandonadas o incluso desconocidas durante la etapa otomana, han sido redescubiertas y abiertas como lugares de interés turístico. La más grande y conocida es la "Cisterna de la basílica", que con su ténue luz y su silencio tiene un aire místico y lleva al viajero a otro mundo.

Cisterna de la basílica
- Torre Gálata: Esta torre data de 1348, cuando en el barrio, homónimo a la torre, vivía una colonia genovesa que erigió esta torre vigía en ese estilo. Hoy, es uno de los monumentos más característicos de la ciudad. En su interior, aparte de un mirador que se puede visitar y que ofrece muy buenas vistas de la zona histórica de la ciudad, hay un restaurante pensado para turistas (esto es, ofrece espectáculos pero a un precio no abordable para turcos).
- Murallas bizantinas: Las sólidas murallas que mantuvieron Bizancio sin ser conquistada durante siglos se mantienen, en mejor o peor estado, a las afueras de la ciudad. Son imponentes, aunque (al menos en mi caso), los deprimidos barrios que están en ocasiones junto a ellas hacen que recomiende al visitante preguntar a alguien de allí por la zona más adecuada para verlas, ya que tienen varios kilómetros de longitud. No es que me pasara nada cuando estuve, pero las casas derruidas cercanas o los malos olores no me hicieron sentir muy cómodo :(
Y para terminar, aunque habría muchos más lugares qué visitar en la ciudad, como actividades alternativas a patear o a tanta mezquita, yo recomendaría:
- Dar un paseo por el Bósforo: Ya que tenemos el lujo de tener esta avenida marítima desde la que ver la ciudad a ambos lados, hay que aprovecharlo. Las vistas de muchos edificios son mejores que desde tierra, y ya sea de noche o de día, un recorrido por el estrecho es inolvidable. Yo lo hice de noche, y la iluminación aporta un "extra de magia". El silencio al estar en medio de una ciudad tan ruidosa como es Estambul, da mucha tranquilidad también. Hay que abrigarse porque junto al agua corre más el aire e incluso después de un caluroso día veraniego hará falta al menos una chaqueta... numerosas compañías dan paseos diurnos y nocturnos por un módico precio, y si se quiere presumir de haber pisado Asia, también hay compañías que permiten pasar a la mitad asiática en barco.
- Comer comida turca: Parece una obviedad, pero muchos jóvenes abusan (y a veces abusamos) de lo conocido cuando viajan, incluso aunque sepan que no es lo mejor... reconozco que soy fan de la comida turca, tiene una variedad importante y casi todos los platos son muy sabrosos. La verdad es que los kebaps, tal y como los conocemos aquí, me decepcionaron puesto que allí no se les echa ningún tipo de salsa. Pero el resto de cosas que probé me gustaron. Además, Estambul es una ciudad bastante barata y se puede estar en restaurantes hasta "pijos" y comer por 10€ o menos.
- Ver un espectáculo de danza del vientre: Aquí lo malo es que muchos pueden salirse de los presupuestos ajustados. Yo fui a uno no para turistas (éramos los únicos extranjeros de la fiesta, y había más de 100 personas allí) y no tenía sólo danza del vientre, sino música turca en general. La danza del vientre se nos quedó un pelín corta, pero fue espectacular, y a cambio el precio fue genial: unos 15€ la cena y el espectáculo. Ojo, que a las bailarinas les gusta mostrar su dote bailando cerca de las caras de los hombres, buscando un dinero extra (que ha de introducirse en el sujetador o en la braguita-falda de la chica), y esto no es apto para parejas en las que la mujer sea muy celosa :P

Bailarina de danza del viente intentando atraer propinas
Y con todo esto, o incluso ignorando unas cuantas cosas de las que he hablado, Estambul conseguirá quedarse para siempre en vuestra memoria...

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