sábado, 20 de junio de 2015

La hermana pequeña de Pompeya: OPLONTIS

Bien sabida es la fama de Pompeya, la mítica ciudad del imperio romano que cayó presa de la ira del Vesubio y quedó petrificada, incluyendo a los habitantes de la misma. Tras ella, en segunda posición, Herculano le sigue en fama; es más pequeña pero quizá mejor conservada, porque en lugar de caerle ceniza y lapilli como a Pompeya, le cayó un flujo piroclástico (una nube de gases volcánicos a muy alta temperatura) durante la erupción, que ha permitido conservar techos con sus estructuras originales de madera. En ambos casos el volcán se cobró miles de vidas con una muerte tan inesperada como terrible.

Detalle pictórico del salón comedor de Villa Poppea, en la ciudad romana de Oplontis, hoy Torre Annunziata
Como este es un blog de lugares alternativos, yo no os traeré (de momento) ni Pompeya ni Herculano, sino Oplontis. Estas ruinas romanas comparten la catástrofe provocada por el Vesubio, y su interés, pero se visitan con mucha menos gente, ya que la fama se la quedan Herculano y sobre todo Pompeya, conocida en todo el mundo.


RUINAS ROMANAS VESUBIANAS. ¿QUÉ TIENEN DE ESPECIAL?



Las ruinas romanas de las ciudades cercanas al Vesubio me parecieron distintas al resto de ruinas romanas vistas hasta la fecha, que no han sido pocas: aparte de en Roma, conozco Tarragona, Mérida, Lugo, la Olmeda (Palencia), Nîmes, Orange o Lyon (Francia), Volúbilis (Marruecos), Split (Croacia)... y esta zona es distinta. ¿Por qué?

Vista general del complejo, desde su entrada
Porque en estas ciudades, grandes ciudades del imperio romano, se han conservado monumentos grandiosos, sí, pero desdentados por el paso del tiempo, por el expolio posterior, etc. Pompeya y sus alrededores no suelen contener grandes edificios públicos, ya que eran poblaciones más pequeñas; no destacan por sus grandes teatros o anfiteatros, pero a cambio conservan casi completos edificios de la Roma coloquial: viviendas, termas, pequeños templos o incluso prostíbulos. El enterramiento que produjo la erupción del Vesubio ha hecho que lleguen casi intactas las estructuras de sus edificios, la policromía de muchas de sus paredes, y es gracias a esta catástrofe que hoy entendemos bastante mejor el funcionamiento y el día a día de las ciudades y villas romanas.

Detalle de una de las alcobas del complejo de villa Poppea


OPLONTIS



Se cree que Oplontis era una pequeña ciudad que actuaba como "suburbio" de Pompeya, aunque no es la única teoría sobre el origen de la ciudad. Como ésta, cayó presa de las cenizas del Vesubio el 24 de agosto del año 79 d.C., y no fue descubierta hasta la segunda mitad del s. XX. Para algunas de las pocas personas que lo visitan, éste es en ocasiones el mejor yacimiento arqueológico del área, por dos motivos: se disfruta casi en soledad frente a las muchedumbres en Pompeya, y la mayoría de sus frescos se han mantenido en su lugar original (frente a sus dos "hermanas mayores", donde muchos de sus tesoros han sido llevados a Nápoles o al extranjero). La UNESCO ha reconocido su importancia otorgándole el título de patrimonio de la humanidad junto a Herculano y Pompeya.

La "Villa Poppea", que es el nombre del único complejo visitable hoy en día de la antigua Oplontis, era un conjunto residencial construido a todo lujo, pensado para ayudar a desconectar del mundanal ruido a sus habitantes, con economías acomodadas. Estaba ubicado junto al mar, que hoy, debido a las erupciones volcánicas vesubianas, queda a varios centenares de metros. Los estudiosos atribuyen el nombre de "Poppea" a la esposa del emperador Nerón, en base a unos restos de mediados del primer siglo de nuestra era que aluden a la emperatriz.

Fabuloso fresco del salón
Aquí encontraremos edificios con su estructura casi intacta, y con unos frescos que como digo, figuran entre los más hermosos y mejor conservados del Vesubio. Entre los más espectaculares están los del enorme salón, pensados para ser una ilusión óptica y aumentar la sensación de amplitud de esta estancia. Aunque también las habitaciones conservan frescos de interés. Como en otras villas acomodadas de la época, dispone de sus propias termas, y los frescos del caldarium (la sala termal de mayor temperatura) también cuenta con un frescos muy bonitos.

Completan la casa otras estancias, como el gran jardín de columnas o peristilo, que tiene otra versión en pequeño que es el peristilo interior, también con columnas pero sin jardín. Este segundo patio interior estaba completamente pintado, y aunque casi no se aprecian dibujos si se conserva la pintura roja del mismo. Paseando por otras zonas, veremos que hasta las paredes de los pasillos cuentan con pinturas.

Pinturas del salón de la galería


CÓMO LLEGAR



La villa de Oplontis se encuentra en la población moderna de Torre Annunziata, que actúa casi como área metropolitana de Nápoles, a unos 22 kilómetros. Está casi pegada a Pompeya, al oeste de ésta, y cuenta con unos 50.000 habitantes. Como Pompeya y Herculano, es fácilmente accesible en el tren de la red "Circumvesuviana", una especie de cercanías que sirve a las poblaciones al este y sur de la capital de Campania. La línea que hemos de buscar es la Nápoles-Sorrento, que tiene un tren cada media hora, de 6 a 21:30 horas, y nuestra parada es Torre Annunziata. Desde la estación el yacimiento arqueológico está bien indicado, a apenas 5 minutos a pie.

Salvo que se sea extremadamente aficionado a la zona, la visita a Oplontis puede combinarse el mismo día con la visita a Pompeya o Herculano. Los muy rápidos incluso podrían ver los 3 lugares en un solo día. Ver estas ruinas de Oplontis con tranquilidad no debería llevaros más de 90 minutos, a lo sumo 2 horas.

Peristilo, el jardín interior rodeado de columnas