martes, 12 de febrero de 2013

Belleza pirenaica en ORDESA, de la pradera al refugio de Góriz

Ordesa... este valle pirenaico, posiblemente el más famoso del lado español, es de esos prodigios de la naturaleza que cualquier fin de semana del mes de julio o agosto está tan concurrido de caminantes como la Gran Vía madrileña o el Paseo de Gracia barcelonés... pero sabiendo escoger bien las fechas en las que se visita, podemos saludar en solitario, o casi, a las muchas cascadas que se ven durante su recorrido, así como a los circos de Soaso y Góriz, para acabar el día durmiendo con vistas del monte Perdido, a resguardo en un refugio o bajo un manto de estrellas. ¿A que suena bien?

Cascada del Estrecho, una de las muchas que se pueden admirar en el valle

SITUACIÓN


Primero, situémonos. El valle de Ordesa se encuentra cercano al centro geográfico del Pirineo, a medio camino entre el Cantábrico y del Mediterráneo, en el norte de la provincia de Huesca. Tiene frontera con Francia en el norte, y con otros valles aragoneses en el resto de puntos cardinales.

En la cabeza de algunos existió un proyecto para inundarlo y aprovechar su potencial hidroeléctrico, pero por suerte el criterio medioambiental se impuso y para su protección se declaró parque nacional en 1918, siendo el segundo más antiguo de España, solo por detrás del de la montaña de Covadonga (actual Picos de Europa) que fue declarado apenas unos meses antes. En 1982 el parque nacional se amplió para proteger los otros valles que se alimentan de las aguas del monte Perdido: Añisclo, Pineta y Escuaín.

Vista del valle de Ordesa en las gradas de Soaso, mirando hacia el inicio de la ruta
El valle de Ordesa en sí tiene como puerta de entrada la población de Torla, la última antes de que la naturaleza sea lo único que nos separe de Francia, y actúa como base de servicios, por lo que podemos encontrar allí alojamiento, restaurantes, supermercados y una encantadora arquitectura pirenaica. Desde el aparcamiento se ve la foto típica de Torla, con la iglesia en primer plano y la ladera del monte Monderruego, de 2847 metros de altura, por detrás, un buen aperitivo de todo lo que nos espera después.

Dejamos atrás Torla para llegar con el coche al puente de los navarros, donde tendremos que girar a la derecha. Llegaremos así a la pradera de Ordesa, último punto alcanzable en vehículo de motor de este valle cerrado para los coches. Desde aquí, tendremos que empezar a caminar; por delante nos esperan tres horas de caminata hasta la cascada de Cola de Caballo y cerca de cinco hasta el refugio de Góriz, que era nuestro objetivo final. En pleno verano es probable que no podamos acceder en coche hasta la pradera debido a las restricciones que existen para ello, por lo que desde Torla habría que coger un autobús que nos suba a la pradera, en lo que me imagino que es un servicio similar al que se ofrece en Asturias para subir a Covadonga y sus lagos.

Cascada de la Cueva, otra maravilla de Ordesa, que se encuentra tras un pequeño desvío a la derecha

LA RUTA

De la pradera de Ordesa a las Gradas de Soaso


En el primer tramo de la ruta no es difícil ver casi más turistas (gente con vaqueros y zapatos, sin aspecto de tener intención de pasarse horas caminando) que senderistas propiamente dichos, aunque los primeros no suelen pasar de las primeras cascadas, que llegan pronto. 45 minutos aproximadamente se necesitan para llegar a la cascada de Aripas. Tras un inicio de suave pendiente, en la zona de las cascadas se empieza a subir más en serio, y éstas se suceden una tras otra: Aripas, de la Cueva y del Estrecho. En una de las cascadas hay que desviarse de camino principal para acceder al mirador que permite disfrutarlas al máximo, pero es un desvío de apenas dos-tres minutos a pie, y merece la pena acercarse. Todas las cascadas tienen un mirador muy adecuado para disfrutarlas sin peligro; aunque no es difícil ver gente que vaya más allá de la barandilla que marca hasta donde podemos llegar, es preferible no hacerlo, porque un resbalón puede ser fatal.

Caminando por el circo de Soaso, donde cambiamos el bosque por una vista del monte Perdido (3355 metros)

De las Gradas de Soaso a la cascada de Cola de Caballo


Pasadas unas dos horas desde la salida de la pradera, si vamos a un ritmo normal, llegaremos a las gradas de Soaso, un conjunto de pequeños saltos de agua de parecida altura que, muy juntos, parecen tan bien dispuestos que a uno se le pasa por la cabeza que ha habido intervención humana en su morfología. Aquí ganamos altura a buen ritmo hasta que éstas acaban, para tener un descanso en forma de zona llana con un radical cambio de paisaje. Nos encontramos en el circo de Soaso, y las cascadas y el estar caminando por zona de bosque dan paso a un gran claro que nos recibe con impresionantes vistas de algunas de las cimas más altas del Pirineo. Pasamos por una zona en la que se ha tratado artificialmente al camino, enlosándolo para evitar la erosión que nuestras pisadas pueden ocasionar a la vegetación. La vista sobre las cumbres, con el Perdido presidiendo, nos guiará hasta el otro extremo del circo, donde tras 3 horas aproximadamente llegamos a la cascada de Cola de Caballo, la más famosa del valle, que cae encerrada entre rocas del circo de Góriz al de Soaso. El lugar invita a hacer una parada para hacer fotos o comer, y así hicimos nosotros.

Cascada de Cola de Caballo, la más famosa del valle

De la cascada de Cola de Caballo al refugio de Góriz


En esta cascada acaba la ruta para muchos, pero nosotros quisimos dar una vuelta de tuerca más a nuestra visita a Ordesa y subir hasta el refugio de Góriz. La experiencia previa durmiendo en el refugio de Vega Urriellu, sobre el que ya escribí en otra entrada, nos animó a volver a dormir en estos rincones de alta montaña, y no pudimos acertar más de lleno.

Estando en la cascada y viendo las paredes del circo uno no encuentra el lugar por el que un sendero puede salir de Soaso, pero esa sensación se va pasando al empezar a caminar. Desde la cascada el sendero sube  decididamente, sin prisa pero sin pausa, y hacerlo justo después de comer y con un sol de justicia puede ser matador... pero las vistas del valle impresionan desde arriba, y la sensación de caminar solos (solo un pequeño porcentaje de senderistas va más allá de Cola de Caballo) es genial. Existe una desviación de la senda en la que llegados a un punto se exige un mínimo de habilidades trepando para continuar, aunque nosotros escogimos la que dando un poco más de vuelta no tenía esa dificultad en el lugar llamado "las clavijas de Soaso". Subiendo tuvimos la suerte de cruzarnos con varias marmotas, especie introducida desde los Alpes en el Pirineo. Seguimos caminando y vemos la cascada de Cola de Caballo desde arriba y nos encontramos como otro circo, como una especie de "planta superior" del de Soaso, se abre a nuestro paso. Dos horas después de dejar la cascada (cinco horas caminando desde la pradera) llegamos al refugio de Góriz.

Vista de la cascada de Cola de Caballo según subimos hacia Góriz, siempre con un 3mil observándonos
El refugio de Góriz es el único guardado de todo el parque nacional, y está abierto prácticamente todo el año. Ubicado en las laderas de los picos más altos del parque, como el Marboré o el propio Perdido, es una base excelente para unir una travesía por el valle de Ordesa con otra por algún otro valle, como el que forma el cañón de Añisclo, o para coronar alguno de los picos que lo rodean, pasando de los 3000 metros en muchos casos. Se trata de un refugio por el que han pasado los años y se nota, pero que cumple de sobra con lo que nosotros necesitábamos y donde nos trataron muy bien. La cena que nos sirvieron fue espectacular tanto en calidad como en cantidad (algo que me ha pasado en los 3 refugios en los que he dormido, no sé si será que llego con hambre), y nos dieron la información que necesitábamos. El atardecer en Góriz, sin ser el de Collado Jermoso, también ayuda a que recomiende subir hasta allí.

Atardecer en el circo de Góriz

Regreso


Para volver a la cascada de Cola Caballo solo podemos hacerlo por la senda que dije anteriormente y a partir de la cascada podemos continuar por el otro lado del río por donde no perderemos altura casi hasta llegar a la pradera, donde bajaremos de golpe los 500-600 metros de desnivel. Es la llamada "senda de los cazadores", que cuando nosotros acudimos a Ordesa estaba cerrada al público, así que no os puedo decir más. Leyendo por internet parece que pasa mucho tiempo cerrada y que tiene un descenso (o ascenso, según el sentido) tan acusado que hay que tener mucho cuidado bajando y buenas piernas subiendo. Pasa bastante tiempo cerrada por su relativa peligrosidad. La vista que desde la senda se tiene de todo el valle debe ser similar a la que nosotros tuvimos subiendo a Góriz, solo que desde la otra punta del mismo.

¡Disfrutad de esta maravilla de la naturaleza!

No es difícil ver marmotas en Ordesa, especialmente subiendo a Góriz

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