martes, 28 de agosto de 2012

Un viaje de altura: PIRINEO CENTRAL FRANCÉS

Vista del Pirineo desde la cumbre del Midi de Bigorre
Circo de Gavarnie, pico de Midi de Bigorre, Tourmalet... aunque los Pirineos tengan sus mayores alturas y la mayoría de su superficie en España, hay que reconocer que grandes nombres como los que acabo de citar nos obligan a conocer también el lado francés. Distinta cultura, idioma, comida... pero un mismo telón de fondo, unas montañas soberbias.

Nuestro viaje empezó en Guchan, un pueblecito del valle de Aure, comunicado con España a través del tunel de Bielsa-Aragnouet, que nos obligaba a pasar dos puertos de montaña para llegar al objetivo final, que no era otro que el circo de Gavarnie. Podría parecer un coñazo, pero si uno conduce correctamente, no lleva a nadie que se maree y no le asustan las carreteras estrechas con curvas, el viaje es una delicia.

El primero de los puertos a cruzar es el "col d'Aspin". Bonitas vistas pirenaicas y un sinfín de curvas, pero este puerto está totalmente eclipsado por su hermano mayor, al que llegamos un ratillo después: el Tourmalet.

Vista desde la cima del Tourmalet, a 2115 metros de altura
Uno de los puertos más famosos del mundo, que no el más duro (sin salir de España, L'Angliru le supera con creces, por ejemplo), este puerto lleva al "Tour" (de Francia) hasta en el nombre. A nivel viajero, su interés se centra en la cantidad de sufridos ciclistas que se pueden ver subiéndolo (al menos a finales de mayo, que es cuando fui yo), sus vistas en la cumbre y en las cercanías, y en la sorpresa que nos aguarda en la localidad de la Mongie, un pueblo lleno de alojamiento para esquiadores. Junto a ese pueblo un teleférico sube hasta el observatorio astrofísico del pico de Midi de Bigorre, una de las cumbres referencia del Pirineo en su parte francesa, que con sus 2872 metros de altura, se creyó hace años que podía ser un buen lugar para ver las estrellas. Hoy, gracias al teleférico, ofrece una de las mejores vistas del Pirineo a cambio de dinero en lugar de a cambio de un esfuerzo enorme, como pasaría con cualquier otra cima de los alrededores. A los más montañeros les puede parecer poco acertado la explotación de esta cima, y es cierto que en ella podemos cruzarnos con personas que quizá no aprecien tanto la montaña, y que puede estar algo saturada de gente según a qué horas (y que el precio, 32€, no es precisamente barato). Pero no es menos cierto que, la oportunidad que da a personas sin condiciones físicas de subir a un pico así, para tener una vista como ésa, es digna de elogio. Desde ahí, todo el alto Pirineo parece quedar accesible. Desde el "rey" Aneto, la mayor cumbre pirenaica con 3404 metros, visible a pesar de estar a unos 50 kms. del Midi, al Monte Perdido o al Vignemale, el pico pirenaico más alto en el lado francés.

Teleférico del Midi de Bigorre desde otro teleférico, en plena bajada
Aun nos quedan más emociones fuertes cuando bajamos el Tourmalet dirigiéndonos hacia Luz-Saint-Sauveur. Desde ahí giramos hacia el sur buscando los circos más espectaculares del Pirineo: Troumouse y el famoso Gavarnie. Hay un tercero también protegido por la UNESCO como patrimonio de la humanidad (honor compartido con el P.N. de Ordesa y Monte Perdido en el lado español), pero no lo pudimos visitar: Estaubé.

Circo de Troumouse
Para llegar a Troumouse hay que desviarse en Gèdre de la carretera que va hasta Gavarnie, y pagar un "peaje" de 4€ por poder acercarse con el coche hasta el circo. Una vez allí, la vista es grandiosa... el circo, todo rodeado de altas cumbres, impresiona por la homogénea altura de éstas, aunque lo hace más por su superficie. Con 4 kilómetros de diámetro, tiene varios kilómetros cuadrados de superficie y es necesario echar más de una hora para rodearlo por completo. Su base está a unos 2200 metros de altura, por lo que la vegetación se limita a prados, y de él nacen varios arroyos de montaña de diferentes pequeñas lagunas glaciares. Eclipsado por Gavarnie, este circo tiene menor número de visitas y la población más cercana a mucha más distancia, por lo que presenta mayor tranquilidad.

Circo de Gavarnie aun a lo lejos
Y ya llegamos a Gavarnie... un día soleado como el que tuvimos puede siempre oscurecerse a este lado del Pirineo, con mayores precipitaciones que en el lado español, y así nos pasó a nosotros. Pero la lluvia, algo molesta, nos permitiría ver totalmente solos el circo, por lo que al final se cumplió el dicho de "a mal tiempo, buena cara", y mereció la pena mojarse, aunque las fotos habrían salido más bonitas con sol. Para ir al circo aparcamos, si podemos, en Gavarnie, pueblo totalmente volcado en el turismo a partir del cual no podemos continuar con el coche. Aparcar pagando (o siendo cliente de algún hotel o restaurante) es más sencillo, pero hacerlo gratis quizá resulte casi imposible según en qué fechas. Desde ahí, una pista asfaltada al principio, siguiendo el curso del río, nos irá acercando al circo. No hay posibilidad de pérdida, el circo se ve desde el pueblo y el río es nuestro mejor guía. Tras una hora y cuarto de caminata podremos adentrarnos en el corazón del circo en sí. Aquí, la superficie es mucho más pequeña que en Troumouse, pero a cambio la diferencia de altura entre la base del circo y sus cumbres es muy superior, de casi 1500 metros de altura, porque las cumbres que rodean este circo sobrepasan, con creces en algunos casos, los 3000 metros de altura. No sorprende que la cascada más alta de Europa se encuentre aquí, homónima al circo y al pueblo, con algo más de 400 metros y con agua la mayor parte del año, procedente del deshielo. No es la única, y es que al menos al final de la primavera, el agua parece caer de todas partes. Estando allí recordé haber leído que en Francia los grandes iconos de su montaña están más humanizados que en España, y es cierto... al teleférico del Midi hay que sumar el desacertado "hotel du cirque", que en la misma puerta del circo y tan solo a unos pocos metros de la cascada, tenía un desangelado aspecto cuando yo estuve allí. La obsesión humana de querer poner hoteles en maravillas naturales aun a riesgo de destrozarlas no es algo exclusivo de España. Pero no pasa nada, tampoco es que estorbe mucho el edificio de marras.

Circo de Gavarnie desde dentro
Con esto habremos completado un hermoso día de visita en el alto Pirineo francés. Aun quedaría material para un segundo, con Cauterets como ejemplo, pero eso lo dejaré para otra futura visita a esta preciosa zona más cercana de lo que creemos.

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