La visita a este parque nacional es sin lugar a dudas uno de los platos fuertes de una visita a Java, y me atrevería a decir que al conjunto de Indonesia. Con permiso de los espectaculares volcanes de Kelimitu, en la isla de Flores, y Rinjani en la de Lombok, la zona del Bromo completaría ese poker de ases de la geografía volcánica del archipiélago. Un paisaje de otro planeta que maravillará hasta al más escéptico.
El Semeru, el volcán más alto de Java, nos dedicó esta humareda de la foto, al fondo. En primer plano, un tanto cortado, el Bromo soltando mucho más humo |
¿QUÉ ES EL BROMO?
El Bromo podría ser solo uno más de los muchos volcanes de Java. Es relativamente bajito, pues no llega por poco a los 2.400 metros de altura, pero ha alcanzado gran fama en el mapa del viajero a Indonesia por el entorno que le rodea, el parque nacional Bromo Tengger Semeru, del que él es solo uno de sus conos volcánicos. Como recordar esos tres nombres no resulta sencillo, la gente se suele referir al parque como la "zona del monte Bromo".
El Bromo impacta por el humo que emana, por el campo de ceniza volcánica que lo rodea, y por las fabulosas vistas suyas que se pueden apreciar desde otro monte cercano, el Penanjakan, que incluyen al "primo discreto" del Bromo, el monte Semeru, que también humea ocasionalmente y que con sus 3.667 metros de altura es la montaña más alta de la isla de Java.
LA EXCURSIÓN AL BROMO, CON UNA AGENCIA
La mayoría de los viajeros llegan a la zona del Bromo con los servicios de una agencia, normalmente contratada en Yogya o Bali, y sinceramente veo complicado poder disfrutar del lugar sin su ayuda. La zona, además de montañosa, es claramente rural, para llegar a los sitios de los que voy a hablar hay que circular por pistas forestales sin asfaltar o por carreteras estrechas, y el transporte público es escaso cuando no inexistente.
Panorámica más amplia de la vista desde Penanjakan: el Bromo, pequeño, echando humo a mano izquierda, así como el alto Semeru al fondo |
En estas excursiones, lo más criticado por los viajeros suelen ser los hoteles. Frente a la dura competencia entre hoteles en lugares como Yogya o no hablemos ya de Bali, los escasos hoteles de la zona del Bromo suelen ser mediocres, con malas críticas en internet, y hacen gala a veces de una picardía que no resulta agradable. La baja competencia y la belleza de la zona en la que están les permiten vivir muy bien a pesar de ello. Aunque nosotros en el Bromo tuvimos suerte: nos tocó el hotel Cemara Indah, que goza de unas vistas muy buenas en la zona, donde dormimos decentemente, y además cenamos muy bien (de los mejores sitios en Java). Es cierto que el hotel es antiguo, sin muchas comodidades, y en nuestro caso dentro de la habitación se colaba el frío (por un hueco que dejaba la puerta), pero lo que he leído sobre otros sitios me hace sentir satisfecho con este hotel; era el mal menor.
CÓMO LLEGAR
Decir que para llegar hasta aquí nosotros tuvimos un largo trayecto en tren hasta la población de Probolinggo (9 horas desde Yogya), incluido en el precio por nuestra agencia, al que sigue una vez que llegas un extra de hora y media subiendo en coche desde la costera Probolinggo, junto al mar, hasta Cemoro Lawang, que está a 2.217 metros de altura. La alternativa a este trayecto en tren es hacerlo en minibús, pero nosotros preferimos el tren, ya que el minibús no tiene rival para ir posteriormente al volcán Ijen y ese volcán era la siguiente etapa de nuestro viaje.
Junto al clásico pack Yogya - Bromo - Ijen - ferry a Bali que cogimos nosotros, se ofrecen otros para aquellas personas que deseen otro tipo de excursiones, ignorando el Ijen, regresando a Yogya, o acabando en Surabaya. También son clásicas las excursiones desde Bali, que en ocasiones se hacen sin siquiera pernoctar en Java (nosotros dormimos en Java para ver estos lugares y lo recomiendo para disfrutarlos con bastante más calma).
VISITA AL ENTORNO DEL BROMO
Normalmente la visita comienza llegando la noche anterior al "espectáculo", y alojándose en alguno de los hoteles del pueblo de Cemoro Lawang, posiblemente el más cercano al monte Bromo. Al día siguiente, se ofrece al visitante acudir a ver el amenecer en la cima del monte Penanjakan, a 2770 metros de altura.
A las 3:30 de la madrugada nos recogió nuestro chófer en un todoterreno para que, junto a otros 4 guiris, fuéramos al Penanjakan, la montaña fea de la zona que permite la mejor vista sobre las montañas bonitas. Una vez todos recogidos de nuestros respectivos hoteles, fuimos para allá. Se aparca como se puede en la cuneta de la carretera que va al monte, y en nuestro caso todavía tuvimos que caminar otros 5-10 minutos para llegar al mirador. La afluencia de visitantes es masiva, se nota la popularidad del lugar y encima nosotros llegamos de los últimos, pero si te sabes mover puedes disfrutar sin problemas del espectáculo, aislándote de la gente. Mirando hacia el sur, a partir de las 5 de la madrugada (a finales de agosto) empezó a hacer acto de aparición el sol por nuestra izquierda (el este), mientras que la vista sobre el Bromo y el Semeru estaba al oeste. Entre ellos, una ligera neblina tapaba el resto del valle en lo que parecía una fina capa de lino o algodón. Todavía hoy no sabría decir qué porcentaje de la neblina era simple vapor de agua o alguno de los gases que emanaba el Bromo. Para darle mayor magia al lugar, durante unos segundos, el Semeru se puso a humear. Los tonos rojizos del sol del amanecer nos dieron las fotos que veis como resultado.
Es cierto que he visto muchos más atardeceres en lugares increíbles que amaneceres. Y éste es sin duda el mejor amanecer que yo haya visto nunca. Si fuera un atardecer tendría más competencia. Por razones ambientales y logísticas, en Indonesia suelen venderte más, para casi todos los sitios, ir al amanecer que al atardecer a esos sitios con vistas; y el esfuerzo es duro porque el madrugón es de antología, pero merece la pena.
Una vez el sol ha salido por completo, a una hora especificada previamente por el chófer, se baja al coche de nuevo. Fuimos llevados a un inmenso campo de ceniza volcánica a los pies del volcán Bromo, el que se veía desde el Penanjakan, y allí nos dieron tiempo libre durante algo más de una hora para que fuéramos a la cresta del cráter. Para ello hay que subir un camino junto a muchas otras personas, en un paisaje que no parece de este mundo, y que cuando más se empina se convierte en una larga escalera que lleva hasta la cima. Desde ahí se siente el volcán, y se aprecia su actividad. El suelo tiembla ligeramente, el ruido apenas permite oír a las personas que tienes al lado y el hedor a huevos podridos no permite pasar mucho tiempo allí arriba. Las vistas desde la cresta sobre el campo de ceniza son espectaculares, máxime cuando el día que estuvimos se mantuvo la fina capa nubosa que ya quedaba a la vista desde el Penanjakan, y que tapaba parcialmente el suelo. Las fotos hablan por sí solas.
Tras disfrutar del Bromo de cerca y del campo de cenizas, toca volver a subirse al coche y regresar al hotel. Allí desayunamos de forma contundente (un buffet libre bastante completo) y poco después recogimos para irnos a nuestra siguiente aventura, que era otro volcán: el Ijen. Pero eso es ya harina de otro costal.
Vista hacia la escalera y el mar de cenizas desde lo alto del Bromo. Se aprecia la bruma entre nuestra posición y el suelo |
Tras disfrutar del Bromo de cerca y del campo de cenizas, toca volver a subirse al coche y regresar al hotel. Allí desayunamos de forma contundente (un buffet libre bastante completo) y poco después recogimos para irnos a nuestra siguiente aventura, que era otro volcán: el Ijen. Pero eso es ya harina de otro costal.
CURIOSIDADES / RECOMENDACIONES
- No se da de desayunar hasta el final de toda la visita, cosa que en nuestro caso fue entre las 9 y las 10, por lo que recomiendo llevar algo de comer porque por mucho que emocione el entorno, esas 6 horas sin ingerir alimento desde que te levantas de la cama no van a resultarle indiferentes a nuestros estómagos.
- Es probable que alquiléis abrigos a alguno de los lugareños, puesto que aunque estamos junto al ecuador, la altura provoca que las noches sean bastante frías, rozando los 0ºC. Los locales saben que la mayoría de turistas no van a meter un abrigo que les ocupe media maleta solo para un día, por lo que lo alquilan por un módico precio (2,5€) que sin embargo les hace sacar un jugoso sobresueldo, ya que estimo que en menos de un mes tienen el abrigo amortizado. A nosotros nos lo ofrecieron al minuto de bajarnos del coche en Cemoro Lawang. No regateamos, pero no me extrañaría que pudiera hacerse.
- Si se es propenso al mareo, recomiendo llevar biodramina o similar. A las curvas de las carreteras/pistas hay que añadir que salvo los privilegiados que vayan en el asiento de delante, el resto irá sentado de lado en la parte trasera del 4x4, de lado, donde se puede ser más propenso al mareo.
Desayunando con vistas al Bromo, una vez la bruma matinal ha desaparecido |
- la isla de Java es como la España peninsular, diría que tiene un huso horario que no le corresponde (aunque en sentido contrario una de la otra, allí el mediodía es a las 11). Si bien el oeste, donde está Yakarta, quizá esté en "su sitio", el este está claro que debería tener otro huso horario. Sirva como ejemplo que Kuala Lumpur, bastante más al oeste que Java Oriental, tiene una hora más que Java, en lugar de ser al revés. Eso hace que los amaneceres en el Bromo (y en el Ijen) sean a horas intempestivas, por lo que mi recuerdo de Java es que se duerme poco. A las 5 salía el sol, y a las 16:30 empezaba a anochecer. En el Bromo levantándote a las 3:30, nos tuvimos que acostar a las 21:30 y aun así las escasas 6 horas de sueño hicieron que nos levantáramos cansados. Pero MERECE LA PENA.
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