miércoles, 21 de septiembre de 2016

Mi primera vez en ANDORRA: ¿está sobrevalorado este micropaís?

Tras más de 4 años viviendo en Barcelona, y a pesar de la fama y de que la publicidad que he recibido han sido intensas, todavía no había ido nunca a Andorra. Lo reconozco, no he esquiado nunca (el esquí es uno de sus mayores atractivos) y desconfío de todo lo que huela a "duty free", como es el caso de Andorra.

Lago de Pessons, el primero que se ve en la ruta, y el más accesible. Pero alejándose de su bar-restaurante, se puede disfrutar con tranquilidad
A pesar del imán que pueda ejercer en muchos el hecho de ser otro país, de experimentar cosas distintas de las que tenemos en España o Francia, siempre me he inclinado por otros valles al ir a los Pirineos: Arán, Boí, la zona de Espot, Nuria o las cabeceras del Freser y del Ter, por ejemplo. Pero llegó un momento en el que cedí a la tentación, y a pesar de que mi prejuicio andorrano no era muy bueno, nos aventuremos a comprobarlo con nuestros propios ojos. ¿El resultado? Lo dividiré en partes, para explicarme mejor, no sin antes explicar muy brevemente por qué Andorra no es parte ni de España ni de Francia, que es la causa de su carácter diferenciador.


HISTORIA



Andorra es hoy un país independiente por un hecho cuanto menos curioso. Según parece, en la edad media, dos zonas poderosas, como eran el obispado de Urgel (Urgell en catalán) y el condado de Foix, se disputaban ese terreno. Tras varios conflictos bélicos, en 1278 firmaron un acuerdo por el que declaraban compartir la propiedad de los terrenos de ese feudo, y así estuvo Andorra durante siglos, pagando tributos tanto al obispado de Urgel como a los condes de Foix. Digamos que Urgel representaba el poder religioso, y Foix el de la nobleza/político.

Andorra, como el resto del Pirineo, vivió en condiciones complicadas debido a la dificultad del terreno para desarrollar casi cualquier actividad económica, hasta que tras la segunda guerra mundial, poco a poco, empezaron a llegar los primeros turistas. Hoy el turismo representa el único pilar de su economía, atraído por sus estaciones de esquí en invierno, sus paisajes en verano y su fiscalidad más baja durante todo el año. Aunque este único pilar es suficiente para hacer a los andorranos más prósperos que a sus vecinos.

Iglesia de Santa Coloma con su característico campanario románico cilíndrico
Andorra consiguió su independencia completa en la década de los 90. El hecho de ser una zona compartida entre dos territorios históricamente más poderosos ha acabado significando que se separe de ambos. No obstante, sus jefes de estado siguen siendo el conde de Foix (título heredado por el presidente de la república francesa) y el obispo de Urgel. Tampoco tiene ejército, y tanto Francia como España tienen un acuerdo por el cual defenderían los intereses de Andorra en un conflicto armado si fuera necesario.


PATRIMONIO



El patrimonio cultural en Andorra es escaso (al menos para ser todo un país), al nivel de otros valles pirenaicos o claramente por debajo de los mejores de Cataluña. El hecho de ser un país no significa que sea más monumental que las comarcas catalanas cercanas.

La monumentalidad andorrana se limita a un número de bonitas iglesias románicas y a algún pueblo que mantiene cierto encanto antiguo. De lo primero vimos los principales ejemplos, como la iglesia de Santa Coloma, al sur de Andorra la Vella, la de Engolasters, al este de la capital (literalmente sobre ella, al estar a bastante más altura), la de Sant Romà de les Bons, en Encamp (interesantes sus frescos) o la de Sant Joan de Caselles, en Canillo.

Precisamente el gobierno andorrano, consciente de que tiene joyas románicas que quiere promocionar, en verano ofrece visitas turísticas guiadas totalmente gratuitas a estas pequeñas iglesias. Disfrutamos de la de Sant Romà de les Bons, y mereció la pena, aunque quizá fuera un tanto larga. El contraste con el valle de Boí, donde se cobra por visitar de forma libre casi cualquiera de las iglesias del valle, demuestra que mientras en Boí la gente va a ver las iglesias y está dispuesta a pagar por ello, en Andorra hay que "empujar" a los visitantes para que vayan a verlas gratis.

El pequeño pueblo de Pal es posiblemente uno de los menos alterados por el turismo
De los pueblos andorranos con encanto, decir que en todos los casos es algo limitado a unas pocas calles en cada población. Pal, Ordino y Canillo son los mejores. En general las segundas residencias modernas dominan los pueblos, cuando no directamente los altos bloques de apartamentos, destinados en buena medida a los amantes de los deportes de invierno. Concretamente Andorra la Vella, que merece muy poco su nombre (de "vieja", "vella" en catalán, tiene muy poco) y Escaldes-Engordany, pegado a la capital, tienen un urbanismo moderno muy agresivo que resulta chocante en los Pirineos (y que a mí no me gusta). El valle es estrecho, y la solución al crecimiento reciente de la ciudad ha sido crecer a lo alto.


NATURALEZA



La naturaleza andorrana no es la mejor del Pirineo bajo mi punto de vista (he visitado Ordesa, la zona del Aneto o Aigüestortes en España más Gavarnie en Francia, y Andorra no es tan espectacular), pero tiene muchos alicientes. El hecho de que se sitúe a caballo entre la zona central y la oriental en los Pirineos hace que sus montañas no sean tan altas (no hay ningún 3.000 en el país) o sus cimas tan afiladas, pero a cambio la profusión de lagos es espectacular en algunas zonas. De hecho, de la vertiente pirenaica sur, probablemente solo el parque nacional de Aigüestores i estany de Sant Maurici pueda presumir de semejante densidad lacustre. Además, frente al parque catalán, en Andorra los lagos no suelen tener presas para aumentar su capacidad.

En nuestra visita al país tuvimos un libro-guía que ofrecía varias decenas de rutas, muchas con una pinta excelente, aunque finalmente nos inclinamos por una de las más populares, la de los lagos de Pessons. Muy sencilla, circular, sin apenas desnivel, pasa por unos 15 lagos, de diferentes tamaños, desde diferentes perspectivas, y es una delicia. Eso sí, el punto negativo es que esto la hace accesible y atractiva a bastante público, y puede estar bastante concurrida.

El gobierno andorrano, consciente de que el turismo de naturaleza en verano es un filón que debe explotar, mantiene un gran número de refugios, guardados o no, que ayudan a los más aventureros a hacer travesías de varios días. Recuerdo que consultando el libro, había algún refugio francés que quedaba cerca de la frontera andorrana y que también se podía usar para hacer rutas por el Principado.

Vista de uno de los muchos lagos del circo de Pessons


PRECIOS



Antes de ir, consulté una estadistica que decía que el PIB de Andorra era de unos 37.000€ per cápita, frente a unos 33.000€ franceses o unos 26.000€ españoles. Por suerte, su condición de paraíso fiscal hace que el día a día (hoteles, restaurantes, recuerdos...) no resulte apenas más caro que en Cataluña, e incluso quizá sea más barato que en Francia. Tengo entendido que el mito de Andorra con sus precios competitivos en la compra de tecnología ya no es el de antes, y yo no fui con esa motivación, pero los carburantes, el alcohol o el tabaco son claramente más baratos que en sus dos vecinos. Yo no me fijé en el precio de la gasolina antes de ir y me arrepentí de no llegar con el depósito casi vacío a Andorra.


CÓMO IR



Si quieres añadir este micropaís a tu mapa, la mejor opción es tu propio coche, al que además podrás dar de comer a un precio casi imbatible (el diesel estaba a 0,83€ en agosto de 2016. Se pueden mirar los precios actualizados aquí). No obstante, al no tener aeropuerto, está bien conectado en autobús con Barcelona (a 3 horas), y seguramente también con otros aeropuertos cercanos como Girona o Perpiñán. Tampoco hay ferrocarril, estando la estación más cercana en el lado francés en Hospitalet-près-l'Andorre (al lado de Pas de la Casa) y del lado español bastante más lejos, en Puigcerdà (Girona).

Recuerdo que me crucé con varios buses que enlazaban las diferentes parroquias del país, aunque desconozco la frecuencia y las rutas. Desde luego que para visitar la naturaleza, que es lo mejor de Andorra cuando no es invierno, hay que tener coche.


OTRAS CURIOSIDADES



A pesar de la cercanía y de mi conocimiento extenso tanto de España como de Francia, hubo varias cosas que me llamaron poderosamente la atención en Andorra, y que me dejaron claro que se trata de otro país, con sus peculiaridades.

Frescos de la iglesia de Sant Romà de les Bons. Los originales están en el MNAC de Barcelona, aunque la copia da el pego perfectamente.
La primera es el fuerte contraste entre la naturaleza montañosa de Andorra y su potencial comercial. De los 11 millones de turistas extranjeros que visitan el país al año (unas 130 veces la población andorrana) muchos lo hacen por su carácter de paraíso fiscal. Por lo tanto, nada más pasar la frontera el viajero se encuentra grandes centros comerciales, una gasolinera cada 500 metros o una densidad de hoteles que no existirían si Andorra fuera parte de España o Francia. El Pirineo, por lo general sin grandes núcleos poblacionales ni en Francia ni en España, tiene su excepción en Andorra.

Otra curiosidad es que, debido a su carácter montañoso, prácticamente importa toda la comida que consume (ni siquiera aprecié que la ganadería tuviera mucha importancia, contrariamente a otras muchas zonas de montaña). Solo el 2% del terreno es cultivable. Pero lo realmente curioso es que buena parte de ese escaso terreno cultivable se utiliza para plantar... ¡¡tabaco!! Sí, el tabaco da más dinero que plantar lechugas o tomates, y los andorranos son conscientes de ello. Este fenómeno tampoco es nuevo, ya que hace décadas ya había numerosas plantas cigarreras, de las que hoy se conserva solo una.

Aunque los españoles por lo general conocemos este hecho, decir que el único idioma oficial de Andorra es el catalán. No obstante, se habla tanto o más español, y no es imprescindible el catalán para comunicarse. Eso sí, los paneles de las carreteras solo están escritos en catalán (aunque bueno, esto pasa casi casi en Cataluña a día de hoy). El francés, en menor medida, también es hablado especialmente por la gente que se gana la vida con el turismo, y aunque se dice que hay una importante colonia de portugueses, yo no escuché portugués en mis tres días allí.


¿ESTÁ ANDORRA SOBREVALORADA?



Decir que esto es mi opinión, y por supuesto no tiene por qué coincidir con la de todo el mundo. Yo iba con un prejuicio que apuntaba a responder con un "sí" a esta pregunta, y en parte lo mantengo, pero solo en parte.

Foto que resume el paisaje andorrano: un campo de tabaco, una iglesia románica (Engolasters) y al fondo, las omnipresentes montañas
Digo que sí a esa pregunta, porque por mucho que sea un país (por un avatar histórico peculiar), el patrimonio de Andorra es más el propio de un valle pirenaico más que el de un lugar diferenciado.  Y como he dicho hay valles pirenaicos con más y mejor patrimonio.
Digo que sí porque al margen de los deportes de invierno, no me pareció un sitio tan extraordinario para que se visite decenas de veces más que casi cualquier otro rincón pirenaico. Que hoy sea un país no puede esconder que su desarrollo independiente es muy reciente, y que al margen de varios aspectos, parece un valle más del Pirineo catalán. Con esto no quiero quitar mérito al desarrollo de Andorra, a fin de cuentas ellos venden su producto, y a decir verdad, lo hacen francamente bien, porque la gente lo compra masivamente. Quizá la prometida lucha de la UE contra los paraísos fiscales cambie la popularidad de Andorra, pero soy bastante escéptico al respecto.

Y por otro lado digo que no está sobrevalorada, porque sí hay detalles que hacen de Andorra un sitio peculiar, interesante para pasar al menos unos días. Y su naturaleza, sin tener los mayores hitos del Pirineo (no hay un cañón como Ordesa, ni un circo como Gavarnie, ni una montaña como "Els Encantats" de Sant Maurici) es bastante densa en lugares de interés. Uno podría hacer decenas de rutas en las diferentes cabeceras de los ríos y arroyos que crean el río Valira, rodeando sus lagos y lagunas o conquistando sus cimas.

De todas formas, para saciar la curiosidad y formarse una opinión, nada como ir por allí. Así que adelante...