martes, 20 de octubre de 2015

YOGYAKARTA: campo base y corazón de Java

INTRODUCCIÓN A JAVA, LA ISLA


Esta isla famosa por su café y que ha dado nombre a uno de los lenguajes de programación más famosos de la historia de la informática no es la isla de mayor tamaño de Indonesia. Papúa, Borneo, Sumatra e incluso Sulawesi son mucho más grandes. Pero sin embargo, nadie le niega a Java el título de reina de Indonesia a muchos niveles; económico, cultural y político por poner 3 ejemplos. ¿Por qué? Por ser la isla más poblada del país y del mundo, por tener la capital (y haberla tenido en épocas anteriores) y porque 1 de cada 2 indonesios habitan en ella. Con más de 1.000 habitantes por kilómetro cuadrado, si Java fuera un país sería el undécimo con más habitantes del planeta y de los más densamente poblados del mundo, solo por detrás de micropaíses con un territorio minúsculo, como Mónaco, que naturalmente están a otra escala. Además de la megalópolis de Yakarta, la segunda ciudad del país, Surabaya, también es javanesa, y así 7 de las 10 ciudades más pobladas del país.

El pabellón con el interior más bonito del kraton o palacio del sultán fue éste
Es por esto que se la llama "la isla de las megaciudades". Sin embargo, a nivel viajero, el visitante puede, por lo general, ignorar casi todas ellas. Por desgracia, los encantos urbanos de Indonesia son muy limitados, cuando no casi inexistentes. Las ciudades, aparte de contaminadas, congestionadas por el tráfico (ni siquiera Yakarta tiene metro hoy, en 2015, siendo quizá la mayor ciudad del mundo sin metro), no tienen edificios de gran interés; la conolización holandesa no ha dejado apenas restos, y los pocos que han quedado o están cayéndose a cachos o tampoco son muy vistosos. Pero que las ciudades javanesas, y en general indonesias, no sean interesantes, no hace a la isla poco interesante; esto solo significa que los encantos de Java son o rurales, o naturales. Y los tiene de primer nivel. La zona occidental es por la que la gente pasa más por alto; la central es famosa por los templos de Borobudur y Prambanan, amén de otros más desconocidos, aparte de por la ciudad de Yogyakarta. Y la parte oriental es célebre sobre todo por sus encantos naturales, donde destacan las espectaculares zonas volcánicas del Bromo y el Ijen.


YOGYAKARTA: CAMPO BASE PARA DESCUBRIR JAVA



Ubicada cerca de la costa sur del centro de Java, Yogya, como se la suele llamar coloquialmente, es la capital de una pequeña provincia que la tiene por centro, la única gobernada por un sultán anterior a la colonización de la isla. También presume de ser la capital cultural de Java. Este título tampoco tiene por qué resultar trascendental para el viajero de paso por esta ciudad; nos resultará más evidente otorgarle el título de capital turística de la isla. Se encuentra cercana a los templos de Borobudur (a 40 kms.) y Prambanan (a 17 kms.), y es la base utilizada por casi la totalidad de viajeros para verlos. Además, aunque pille lejos de Java Oriental, mucha gente contrata los paquetes turísticos para visitar el este de la isla desde allí, ya que las numerosas agencias que las organizan tienen oficinas en la ciudad, y el periplo tiene Yogya como punto inicial. Se debe poder ir por cuenta propia, o al menos se puede uno acercar bastante, pero el hecho de ser zonas rurales lo hace poco recomendable, por la escasez de transporte público, así que recomiendo contratar los servicios de alguna agencia o de algún conductor-guía privado.

Momento de la Ramayana, el espectáculo tradicional de danza javanesa que vimos


LA CAPITAL CULTURAL JAVANESA


Como dije más arriba, las ciudades indonesias no merecen especialmente la atención del viajero. Yogya se ajusta a esa regla, pero como dice el refrán, "en el país de los ciegos, el tuerto es el amo". Y así pasa aquí. Las ciudades javanesas suelen ser un conglomerado de modestas casas, con sus pequeños comercios, junto a calles atestadas de tráfico, sin apenas aceras y sin espacio ni dinero para el arte. Y aunque Yogya también resulta un tanto anodina al lado de las maravillas de Borobudur y Prambanan (ambos patrimonio de la humanidad) sí tiene atractivos para pasar al menos medio día visitándola. En total, la gente suele quedarse a dormir 2 noches en la ciudad, el tiempo necesario para dedicar medio día a Prambanan más otro medio a Borobudur y lo que queda para ver lo básico de Yogya, ver si se desea un espectáculo de danza javanesa o tomarse el tiempo necesario para contratar la excursión a los volcanes o irse de compras a la calle Malioboro. Si uno se queda menos de 2 noches, seguramente utilice Yogya para poco aparte de para dormir.

Kiosco del kraton o palacio del sultán


QUÉ VER EN YOGYA


Yo recomendaría empezar la visita en el palacio del sultán, también llamado "Kraton" o "Keraton". Puede sonar muy prometedor, pero está lejos de ser algo parecido a un palacio de la realeza de otros países musulmanes o un palacio real europeo. No obstante, lo barato de la entrada (no recuerdo el precio, pero creo que no llegaba al euro) y la arquitectura atípica a lo normal para nuestros ojos occidentales me compensaron la visita. Se trata de un conjunto de pabellones interconectados, muy abiertos (se nota que allí nunca hace frío) y pintados en llamativos colores en ocasiones. En internet se habla de una visita guiada pero a nosotros no se nos ofreció (y vistos los comentarios, casi mejor así). En el interior de algunos pabellones hay fotos más o menos recientes de la familia del sultán que no creo que interesen a casi ningún occidental. Los detalles que más me gustaron fueron el pabellón decorado en rojo y negro que me recordó a la imagen mental que tengo de un pabellón chino, y el kiosco del patio principal. La entrada tampoco está mal. Alguno de los pabellones tenía cintas para no permitir el acceso, aunque no tenía mala pinta lo que se veía desde fuera.

Y como segunda, y última visita cultural, el "castillo de agua" ("Water castle" en inglés, o "Tamansari" en bahasa indonesio, que son los dos idiomas en los que os lo anunciarán). Se puede ir a pie desde el Kraton (aunque los conductores de rickshaw insistan en que no) ya que son apenas 15-20 minutos, aunque no resulta trivial de encontrar. Quizá por eso, algunos "falsos guías" se ofrecen para llevarte hasta la entrada. La verdad es que es casi más atractiva la maraña de callejuelas de alrededor que la pareja de patios con agua de su interior. Está en un estado mejorable, por no decir mediocre, y va necesitando una restauración. Pero como pasa con el Kraton, es tan barato y tan extraño para un occidental, que creo que a la mayoría le merecerá la pena gastar un poquito de tiempo en verlo.

Castillo de agua
He leído que algunos lo comparan con la Alhambra... bueno, si a la Alhambra se la considera una pareja de patios con pequeñas "piscinas" en el medio, con un chorro de agua, una decoración en la que no haya ni yeserías ni almenas ni vistas sobre el Albayzín, ni... no, no tiene nada que ver, ya quisieran tener los indonesios un edificio la cuarta parte de hermoso que nuestra Alhambra. Pero yo no me arrepiento de haberlo visto.


QUÉ MÁS HACER EN YOGYA



La céntrica calle Malioboro es la zona para las compras o sacar dinero de los escasos cajeros automáticos de la ciudad.

Nosotros fuimos a un espectáculo de danza javanesa en nuestra primera noche en Yogya, en Puriwasata. Es una cosa para "guiris", por lo que sin ser un atraco, no es barato. Por casi 30€ por persona, te dan de cenar un buffet libre bastante aceptable, y el espectáculo. Éste duró unas 2 horas, y se nos hizo un tanto pesado; la segunda hora nos sobró.

Decir que es de las cosas más extrañas que hemos visto en toda nuestra vida, una especia de mezcla entre teatro y baile, con una trama basada en viejos mitos de la antigua cultura hindú de Java. En Bali vimos danza balinesa, y mi recomendación es que no veáis las dos, ya que se parecen bastante. Y de quedarme con una, creo que lo haría con la balinesa.

Los actores de danza javanesa se hacen fotos con los espectadores tras el espectáculo
El espectáculo era la representación de la Ramayana, una especie de historia tan típica allí como el don Juan Tenorio podría serlo en España, y de hecho la trama es fácil de encontrar en internet, aunque seguirla allí en directo no siempre resultaba sencillo. Aparte de la danza-teatro, una gamelan (orquesta) típica javanesa da el toque musical al acto, dentro de lo musical que a uno pueda parecerle estos grupos típicos en los que los xilófonos y los instrumentos de percusión estilo "gong" son casi los únicos instrumentos. Resumiendo, nos pareció uno de los mayores "WTF" ("What the fuck...", expresión inglesa que viene a significar algo así como "Pero qué cojones..." y que se usa cuando uno ve cosas extrañísimas que le hacen gracia porque no las entiende) que jamás hemos visto.

Pero no fue el único WTF que nos regaló Yogya... y es que resulta que los sábados por la noche, aprovechando que el domingo no se trabaja, los yogyakartianos (me acabo de inventar el gentilicio, lo sé) se divierten de una extraña manera. Nuestro guía (el dueño de nuestro hotel, Dani) no nos quiso decir adónde nos iba a llevar tras el espectáculo de danza. Y nos llevó a una gran plaza rodeada por un muro, con un descampado en el centro. En la calzada que había alrededor, había multitud de coches antiguos (y no tan antiguos) a los que se les había quitado todo el interior, de tal modo que tenían la carrocería por fuera que los hacía parecer coches, pero por dentro había sillines, pedales y ruedas de bicicleta. Naturalmente, en plena noche, para hacerse ver, utilizaban luces de los colores más chillones y se ofrecían a locales (sus principales clientes) y turistas para dar una vuelta con ellos.

Estos extraños coches-bicicletas nos alegraron la noche :)
Nuestro anfitrión nos contó que era una de las formas de divertirse de la juventud de Yogya y nosotros no dábamos crédito a lo que estábamos viendo. Nos ofrecieron subir (por unos 6€ que me imagino que eran "regateables") pero estábamos cansados y se disfrutaban mejor viéndolos desde fuera. Os lo recomiendo si os queréis reír :)


DÓNDE DORMIR



Nosotros encontramos por booking el hotel Alam Citra B&B, y lo recomendamos sin tapujos. Es un hotel modesto, pequeño (solo 3 habitaciones) y claramente familiar, y las buenas notas en booking se deben especialmente a la amabilidad proverbial de la gente que lo regenta. Está algo alejado del centro, por lo que se necesita transporte para ir, pero ellos te echan una mano. A cambio, la urbanización en la que está es más "mona" que muchas zonas del centro, como si allí viviera gente con un poder adquisitivo superior a la media.

Si uno quiere, ellos pueden organizar las visitas a Prambanan y Borobudur en sus coches, que ofrecerán a un precio competitivo (aunque naturalmente a años luz de ir en transporte público). También ofrecen contratar con una agencia el viaje a los volcanes y la recogida al aeropuerto (esto último gratis).


CÓMO LLEGAR


Yogya es el principio del viaje en Indonesia, o al menos en Java, para muchos de los viajeros, que llegan a ella principalmente desde Yakarta. Para ir de Yakarta a Yogya se puede ir en avión o en tren, tardando hora y media el primero y unas 8 horas el segundo. A cambio el tren es más barato, aunque reservando con tiempo el avión tiene precios muy competitivos (nosotros pagamos 50€ por persona con AirAsia). El aeropuerto está cerca de los templos de Prambanan, por lo que no es mala idea verlos desde allí, y así hicimos nosotros.

Detalle de la comercial calle de Malioboro
El aeropuerto de Yogya tiene vuelos a muchas otras ciudades del país, siendo Denpasar (Bali) o Surabaya (Java Oriental) los que más prácticos suelen resultarle a los viajeros para ir o volver a la isla de los dioses o ahorrarse el largo viaje en tren o bus hasta el este de Java.